Una anciana de 81 años muere por comer setas tóxicas
Una anciana de 81 años natural de Cuenca, falleció el pasado miércoles día 2 de noviembre en el Hospital conquense de la Virgen de la Luz, tras presumiblemente haber ingerido setas que parece ser eran tóxicas. Se desconoce la especie que causó la mortal intoxicación, así como si el especimen había sido recolectado por ella mismo o tercera persona.Todos los años tenemos que lamentar alguna trágica pérdida por la temeraria actitud de atreverse a comer una seta tóxica, lo que demuestra un claro desconocimiento del mundo de la micología. No nos cansamos de repetir que no hay que recolectar lo que no se conoce, así como tampoco llevarse a la boca una seta que haya sido clasificada mediante foto o por personas no doctas en materia de clasificación de especies fúngicas.
Prudencia extrema antes de ingerir nuevas especies antes desconocidas para nosotros
En cada salida que hacemos al bosque a recolectar setas y hongos silvestres debemos partir de la premisa que toda medida tomada aun con exceso de recelo por falta de confianza, debe ser tenida como buena. No podemos fiarnos de nuestra interpretación de los caracteres diferenciadores de una especies si no estamos familiarizados con ella.La mayoría de los accidentes letales derivados de la ingesta incauta de comer setas desconocidas que resultan ser tóxicas, vienen dados por el exceso de confianza de la persona que las ingiere. No hay que subestimar a la naturaleza, que aunque nos pueda parecer que tiene buena pinta o buen olor, puede resultar ser alguna de las varias especies mortales que fructifican por nuestros montes.
Conocer las principales especies tóxicas tan importante como conocer las comestibles
Desde una perspectiva basada en la seguridad del recolector, cabe destacar la suma importancia de la obligación de conocer a las principales especies más tóxicas que podemos encontrarnos en nuestras salidas. Lepiota brunneoincarnata, Amanita phaloides, Paxillus involutus, Galerina marginata, Cortinarius orellanus son algunas de las clásicas especies tóxicas que podemos toparnos por el bosque, extrema precaución con ellas.La mayoría de ocasiones el accidente viene ocasionado por una posible confusión con alguna especie comestible, confusión que puede llevar a la muerte dependiendo de la especie con la que te encuentres, ya que hay diferentes tipos de intoxicación, es más, algunas especies comestibles lo son si se les hace un tratamiento especial, por ejemplo, las colmenillas si no se desecan y/o hierven pueden producir cerebelosis por acumulación.
Tipos de intoxicación por consumo de setas tóxicas
Hay intoxicaciones de incubación corta, como son las típicas gastroenteritis que dependiendo del estado del sujeto que la padece y de la intensidad de la misma puede derivar también en muerte. También son de incubación corta las intoxicaciones coprínicas, típica de algunas especies de la familia de las Coprinaceas, como es el caso de Coprinus atramentarius que produce el llamado efecto antabús, tras ingerir bebidas alcohólicas. Otra intoxicación de incubación corta son las producidas por las Psilocybes llamado síndrome psilocíbico de carácter alucinógeno, o el síndrome muscarínico producido por algunas especies de Amanitas como la A. muscaria o A. pantherina.Por otro lado tendríamos las intoxicaciones de incubación larga, como es el síndrome giromítrico típico de las especies de Gyromitra, así como el síndrome faloidiano que produce, entre otras especies, la archifamosa y más conocida de las setas letales la Amanita phaloides. Esta última es un tipo de intoxicación hepática, que fulmina el hígado de quién lo consuma y que, a menos que en 5 días tenga un exitoso trasplante de hígado, derivará en el fatídico desenlace de la muerte.
También hay intoxicaciones por acumulación como es el caso de la cerebelosis de las colmenillas, o la Rabdomiolisis que produce la seta de los caballeros (Tricholoma equestre). Los metales pesados y agentes contaminantes como residuos fitosanitarios también pueden dañar nuestro organismo, por eso se aconseja no recolectar cerca de carreteras y caminos donde hay tránsito de vehículos a motor, así como en parques, jardines y parterres, donde el contenido en metales pesados y tóxicos de los fitosanitarios es muy elevado.