De la familia de las vitáceas, la parra virgen es una especie trepadora, similar a la hiedra muy típica en los países de clima mediterráneo. Muy apreciada por la sombra que ofrece, su principal atractivo es su fruto: la uva. Si nos gusta la uva dulce, podremos plantar parra de uva moscatel, una de las preferidas por los que aprecian la fruta. Puede alcanzar los 15 metros de altura, con ramas largamente trepadoras.
La parra se adhiere a todo tipo de soportes, ya sea paredes o troncos de árboles, por medio de unas prolongaciones que se enrollan fácilmente y de unas ventosas adherentes. Las hojas muestran un largo peciolo y están compuestas por 5 foliolos que surgen del mismo punto.
Suelo
La parra se adapta a cualquier tipo de suelo, preferiblemente bien abonado y húmedo. Tiene un crecimiento muy intenso, ya que una sola planta puede llegar a cubrir una pared de una casa de 10 metros de altura.
Multiplicación y cuidados de la parra
Nada más cultivar la parra, en los primeros momentos debemos podar hasta la base, justo después de ser trasplantada. Las podas se pueden hacer generalmente para eliminar ramas muertas tras las intensas heladas de invierno, o bien para orientar su crecimiento. Cuidado con estas heladas o el viento, que pueden echar a perder la belleza de la parra y, sobre todo, sus frutos.
Recolección
Esta planta es de hoja caduca y adquiere un tono rojizo en otoño muy decorativo para el jardín. Cuanto más sol recibe, más bellas son sus hojas en otoño. Las flores aparecen a principios del verano, pero son pequeñas y de poco valor ornamental. La uva madura en otoño y es en este periodo cuando se recolecta. La uva de la parra se utiliza fundamentalmente como uva de mesa, para postres. Los mejores vinos proceden de la uva de la vid.Fotografía: Juantiagues / Flickr.