Una de las poquísimas plantas que florecen a finales de otoño o principios del invierno (en el hemisferio norte) es el níspero (Eriobotrya japonica), concretamente, el níspero del japón. El otro, el níspero a secas (Mespilus germanica), lo hace en primavera.
No sólo es sorprendente que lo haga en estas fechas, en días fríos con heladas nocturnas, sino también que, en las horas centrales del día, cuando el sol calienta algo, un poquito, el aroma de sus flores es capaz de despertar de su letargo y atraer como un imán a insectos que son propios de otras fechas más calurosas. Las más abundantes son las abejas comunes (Apis mellifera).
Vienen muchas, deben tener las colmenas cerca. Aprovechan las pocas oportunidades que ofrece la naturaleza en esta época del año de hacer acopio de néctar y polen.
Algunas van cargadas hasta las trancas.
Otro tipo de abeja, menos abundante y de conducta solitaria, es la abeja azul de la madera (Xylocopa violacea). Grande, zumbona, impresionante, se abre paso a la fuerza entre los pétalos para acceder al festín. Lleva el dorso cubierto de polen.
También vienen abejorros zapadores (Bombus terrestris), avispas (Vespa germanica) y alguna mariposa ya maltrecha a estas alturas del año.
El níspero del japón es un arbolillo pequeño, de unos 8 m. de alto en condiciones óptimas. Lo normal es en torno a los 5 m. Su follaje es perenne, con hojas simples, alternas, lanceoladas, brillantes, con nerviaciones marcadas y grandes, hasta 30 cm. Por el envés presentan una borra blanquecino-rojiza. Su nombre genérico alude al hecho de que sus ramas jóvenes presentan una borra algodonosa (erion=lana, en griego).
Sus flores blancas, aromáticas, se agrupan en abundantes inflorescencias que surgen en el extremo de las ramitas.
Sus frutos, en pomo, son globosos y piriformes. Son de piel y carne amarillas, que envuelven varias semillas grandes. Tienen un sabor peculiar que no deja indiferente, o te gusta, o no te gusta. Serán objeto de otro post en su momento.
Lo cierto es que, en Japón, son muy apreciados, de ahí su nombre común, aunque es un árbol originario de China. En fin, todo queda en el Lejano Oriente.