La semilla denominada híbrida F1 es el producto del cruce entre dos especies. Gracias a ello lograremos un híbrido denominado de primera generación y, en este se proceso, se realiza una mejora selectiva hasta lograr semillas que descienden de líneas puras denominadas F1.
Para lograr estas semillas las plantas tienen que ser autofecundadas durante varias generaciones. Cuando obtienen las semillas deseadas las cruzan para lograr las F1 que son, nada más y nada menos, semillas con alto rendimiento inicial pero con una gran dependencia.
Las plantas obtenidas con semillas F1 dependen mucho de los químicos para ser protegidas y abonadas y, las siguientes semillas que estas plantas nos den, denominadas F2, serán semillas de muy mala calidad, nos darán plantas poco productivas, frutos muy pequeños y presentarán muchas enfermedades.
Y, ¿Por qué pasa esto?
Muy sencillo, si no logras reproducir tus plantas por tí mismo y cada año las semillas se te dan peor, tienes que volver a comprar semillas F1 para que tus cosechas valgan la pena y ellos ya tienen montado el negocio.
Tampoco podemos olvidar que estas semillas son bastante más caras que las tradicionales, otra gran desventaja en los tiempos que corren.
Que estas semillas F1 dependan, en gran medida, de productos químicos como fertilizantes, pesticidas, etc. Es un modelo de negocio para todas las empresas químicas asociadas las cuales, por supuesto, se ven beneficiadas con la venta de esta semilla.
¿Recomiendo usar semillas hibridas F1?
Desde mi punto de vista que una semilla nos de un producto inicial con un alto rendimiento es interesante pero, todo lo que ello implica como la dependencia de químicos y degradación de las siguientes generaciones, no me parece en absoluto correcto ni ético.
Desde mi punto de vista es mucho mejor la selección de semillas propias, escogiendo aquellas que mejor se adapten al terreno y las más resistentes a las plagas que hayamos sufrido en nuestras cosechas, pues estas no tendrán mucho que envidiar a las semillas F1 porque serán productivas generación tras generación y no dependerán de químicos (sin olvidar el sabor de sus frutos).
Mi única experiencia con las semillas F1 fue con unas de pimiento italiano que me regaló un vecino. Decidí probarlas pero el semillero fue un auténtico fracaso debido a que, al tratar las plantas de forma orgánica, estas me respondieron fatal y el cultivo fue un desastre.
Lo mejor es ser autosuficientes, mantener variedades tradicionales para evitar que estas se pierdan y así no se continúe dañando la biodiversidad, ya que cada año desaparecen miles de variedades auténticas, con la pérdida que ello supone (un producto natural, el sabor de sus frutos…).
¿Que opinais sobre las Semillas Hibridas F1? Espero vuestros comentarios y no olvidéis ayudarme a difundirlo. Podéis compartirlo en vuestras redes sociales y seguirme en mi canal de YouTube.
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Fuente: este post proviene de La Huerta de Ivan, donde puedes consultar el contenido original.
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