Hace unos meses os publique el post “Verdades del tabaco”, hoy quiero escribiros también sobre el tabaco, sobre que es realmente el tabaco y las “buenas prácticas” de las tabaqueras, aunque si el articulo se alarga demasiado, esas “buenas prácticas” quizás las deje para un próximo articulo.
Realmente el tabaco, esa droga tan mala que nos venden, no es más que una simple planta importada de América, como en esas épocas, entre otras muchas cosas se importo algo tan habitual en nuestras cocinas como el tomate o la patata, la verdad, hoy día no me imagino una cocina sin tomate o patatas.
El nombre científico de esta planta es Nicotiana tabacum, (aunque existen clasificadas medio centenar de especies), cuyas hojas contienen un alcaloide, la nicotina, producto que convierte su consumo en adictivo.
Entre los años 5.000 y 3.000 años antes de Cristo existieron los primeros cultivos de tabaco, creyendo que su origen proviene de la zona andina comprendida entre Ecuador y Perú.
Cuando América es colonizada, el consumo del tabaco se había extendido por toda América del Sur.
El tabaco que nosotros estamos acostumbrados a consumirlo en cigarrillos, puros o pipa se consumía de diversas formas, tales como aspirado por la nariz, masticado (esto nos sonara, de las películas del Oeste), se comía, se bebía, se untaba en el cuerpo, se usaba en gotas en los ojos y era usado en enemas (proceso de introducir por medio de un tubo en el recto y el colon, líquidos a través del ano).
El tabaco además era utilizado en ritos, se soplaba sobre el rostro de los guerreros antes de la lucha, era esparcido por los campos, antes de estos ser sembrados, era ofrecido a los dioses, era derramado sobre las mujeres antes del acto, mujeres y hombres lo utilizaban como narcótico, los mayas lo utilizaban para sus celebraciones religiosas.
Los europeos conocimos el tabaco en el año 1492 tras descubrir Cristóbal Colón las Américas.
La palabra tabaco se cree que procede del árabe tabbaq, nombre con el que se conocían diversas plantas medicinales en el siglo XV en Europa.
Rodrigo de Jerez, compañero de Cristóbal Colón fue encarcelado por la Santa Inquisición, acusado de brujería, puesto que solo el demonio tenía el poder de dar al hombre la posibilidad de sacar humo por la boca.
En el año 1.527, se publica la primera obra que nos cuenta como fumar, escrita por Bartolomé de las Casas “Apologética historia de las Indias”.
Entre los años 1.530 y 1.600 el embajador francés de Portugal Jean Nicot extiende el tabaco por el continente europeo.
En el año 1.535, Gonzalo de Oviedo y Velázquez nos describe la planta del tabaco y sus usos en la “Historia General de las Indias”.
En el año 1.559, Hernández de Boncalo, historiador y cronista de las Indias, por orden de Felipe II trajo las primeras semillas de tabaco a Europa.
Estas semillas se plantaron en las cercanías de Toledo, en una zona llamada los Cigarrales (zona llamada así porque habitualmente era invadida por plagas de cigarras), cosa por la cual algunos historiadores afirman que el nombre de cigarro proviene del nombre de la zona donde comenzó su cultivo los Cigarrales.
En el año 1.753, Linneo en su clasificación de Botánica “Species Plantarum introduce la denominación “Nicotiana” en honor a Jean Nicot.
Linneo introdujo el tabaco en forma aspirada (rapé) popularizándolo al “supuestamente curar” a Catalina de Médicis de migraña.
En el siglo XX estudios médicos demuestran los perjuicios del tabaco, negando su utilidad terapéutica.
En los años 90 se comenzó a hablar del efecto nocivo del tabaco, aunque la falta de pruebas no dio la importancia debida a este efecto nocivo.
En el año 1.992 el Tribunal Supremo decreto que las empresas tabaqueras no eran responsables de su efecto nocivo a no ser que ocultaran al consumidor estos efectos, desestimando todas las demandas presentadas contra las tabaqueras.
Año 2.001, tanto la Unión Europea como la Organización Mundial de la Salud intentaron prohibir la publicidad del tabaco a nivel mundial.
En el año 2.004 se obliga a las tabaqueras a decir que aditivos contiene el tabaco y a colocar rótulos en sus cajetillas advirtiendo de los peligros de fumar.
El tabaquismo se asocia con el padecimiento de la bronquitis y el enfisema (enfermedad pulmonar obstructiva crónica, donde los alveolos son dañados).
También la nicotina afecta al sistema vascular, llegando a provocar gangrena cuando provoca una complicación en la enfermedad de Buerger.
También puede afectar negativamente en la potencia masculina.
Curiosamente también cuentan que el fumar beneficia la salud…
El fumar reduce el riesgo de sufrir Parkinson según un estudio realizado por Europarkinson en los años 90, estudio que confirma la revista Neurology en el año 2.010.
Fumar reduce el riesgo de la obesidad, fumar tabaco suprime el apetito, así en los años 20 las compañías tabaqueras promocionaban el tabaco como método adelgazante entre mujeres.
Según la Universidad de Adelaida en un estudio afirman que los no fumadores tienen más posibilidades de sufrir lesiones de rodilla.
Al parecer la explicación es que el tabaco previene el desgaste de los cartílagos.
También los fumadores que han sufrido un ataque del corazón tienen tasas de mortandad inferiores a los no fumadores, aunque la explicación podría ser debida a que los fumadores suelen sufrir ataques de corazón con menor edad que los no fumadores, por lo cual su organismo resiste mejor este ataque.
Pero seguimos dando la vuelta a la tortilla… un estudio publicado por American Heart Journal del año 2.005 afirma que la edad no justifica la mayor mortandad de los no fumadores…
Otra curiosa contradicción mas…
Clopidogrel es un medicamento que evita la formación de coágulos de sangre para prevenir enfermedades coronarias, al parecer el ser fumador hace más eficiente este medicamento.
La explicación la encontraríamos en unas proteínas llamadas citocromos, las cuales son activadas al fumar y estas proteínas son esenciales para el transporte de energía entre células.
El tema de las tabaqueras, como suponía…lo dejamos para otro artículo que os escribiré próximamente.