(Imagen/ Flickr: Antonio Tajuelo)
Las hojas del cóleo son verdes dentadas, de bonitos tonos rojizos y rosáceos en su parte central, así como otras variedades de color azul o purpúreas, son las características que hacen del cóleo una de las plantas más demandadas en jardinería. Además, normalmente el precio de los cóleos en los viveros es bastante asequible. Su floración tiene lugar en las estaciones cálidas, emergiendo espigas de pequeñas flores.
(Imagen/ Flickr: M. Martin Vicente)
Condiciones necesarias
Los cóleos necesitan fundamentalmente luz. Al proceder de lugares ecuatoriales de África, Asia y América, estas plantas suelen necesitar buenas raciones de sol. A pesar de todo, son resistentes y se adaptan bien, aunque sin la luz suficiente, el cóleo no tendrá ese vistoso color que le hace tan especial. Eso sí, si tenemos la planta fuera, optaremos por un lugar donde le pueda dar la sombra. Dentro de la vivienda, es mejor que el sol no les dé directamente, sobre todo en las horas centrales del día, así evitaremos que la planta se seque. También procura no ponerla cerca de radiadores porque se echará a perder.(Imagen/ Flickr: M. Martin Vicente)
Normalmente los cóleos crecen mejor en ambientes frescos y sin excesos de calor. Por eso, se suelen meter en casa durante las estaciones frías, en habitaciones ventiladas y poco cálidas. Cuando llega la primavera, trasladaremos la planta al jardín en una zona de semisombra. Por cierto, ten cuidado con los otoños tempranos y muy fríos, porque no resiste bien las heladas. En lugares cálidos, el cóleo aguanta todo el año en el jardín.
(Imagen/ Flickr: Rexness)
Cuidados básicos
Los cóleos no necesitan mucha agua, aunque hay que tener el sustrato siempre húmedo para que no se seque. A su vez, la maceta deberá tener un buen drenaje para evitar encharcamientos y que las raíces se pudran.En los meses de invierno con un riego por semana es suficiente. Una vez que vaya haciendo más calor, aumentaremos la frecuencia de riegos a dos o tres veces a la semana. Si el verano es especialmente caluroso, suministra un poco más de agua, evitando siempre que la tierra se seque en exceso.
Normalmente con la llegada del otoño, algunos tallos y hojas del cóleo se desmejoran y se secan. Éste es el mejor momento para someter a la planta a una poda severa, dejando sólo los tallos principales con algunos brotes, que son los que crecerán en primavera. También puedes hacer una poda más leve cuando comience el invierno retirando sólo las partes que se hayan secado.
(Imagen/ Flickr: M. Martin Vicente)
Multiplicación, abono y plagas
Estas plantas tienen la ventaja de que arraigan fácilmente, sobre todo usando esquejes, aunque también germinan bien con semillas. Una vez hayas podado el cóleo, puedes usar los restos para obtener nuevas plantas, recurriendo siempre a tallos de al menos 8 cm. y que estén sanos y con algunas hojas. Retiraremos las hojas pequeñas inferiores para facilitar la aparición de raíces.Una vez hecho esto, dejamos el tallo en un vaso con agua, en un lugar fresco, pero bien luminoso, para favorecer el crecimiento. Tendremos que cambiar el líquido de vez en cuando, sobre todo cuando éste se vaya enturbiando. Una vez haya arraigado, sólo tendremos que transplantarlo a la tierra.
(Imagen/ Flickr: M. Martin Vicente)
Si ves que la planta crece poco o no adquiere el vigor adecuado, puedes enriquecer la tierra con fertilizante líquido. Introduciremos este tipo de abono con el agua de riego cada dos semanas en primavera. Ten cuidado con los ataques de las moscas blancas y con la araña roja, aunque generalmente se eliminan bien con insecticidas comunes.