Imagen / Flickr: Chris_Parfitt
¡Hola amigos! Hoy os quería hablar de un curioso tipo de plantas fruto de la adaptación y la lucha por la supervivencia en medio de la naturaleza. Las hay que crecen en medios acuáticos, en parajes desérticos sin apenas agua, o las que no necesitan mucha incidencia solar; pero de las que quiero hablar hoy son de las que no necesitan el suelo para crecer. Las plantas epífitas.
No necesitan extender sus raíces por el subsuelo, sino más bien utilizarlas como soporte de sujeción para crecer sobre las ramas o troncos de los árboles. Tienen la ventaja de alcanzar mejor los rayos solares, de ahí que sean muy comunes en bosques tropicales. No quiere decir que se nutran del árbol base y que sean parásitas, solo es una forma de sostenerse. El musgo, los líquenes, algunos helechos y la mayoría de las orquídeas son plantas epífitas.
Pero, si no se nutren a través de las raíces, ¿cómo lo hacen? Pues bien, la evolución las ha dotado de una serie de singularidades o modificaciones que las permite almacenar agua y minerales. Una de las modificaciones morfológicas está en la estructura de sus hojas, dispuestas como rosetas en cuyo centro se va almacenando el agua. Esto es lo que sucede con las bromelias, orquídeas, y algunos helechos.
No solo les sirve para captar y almacenar el agua, sino que también disponen de ciertos tejidos celulares que regulan la utilización de ese agua, la retienen, o pueden evitar que se pierda o evapore.
Otra habilidad que tienen algunas plantas de este tipo es que absorben, vía paredes celulares, el nitrógeno que necesitan producido por los desechos de los insectos que se alojan en las diminutas cavidades que tienen en sus tallos y hojas.
¿Conocíais estas habilidades? ¿Tenéis alguna planta de este tipo?
Fuentes: Muyinteresante.es / http://www.ejournal.unam.mx