Características de la planta suculenta Echeveria agavoides
Echeveria agavoides es una pequeña planta suculenta herbácea perteneciente a la familia Crassulaceae y originaria de México muy cultivada en el mundo como planta de colección. Es una especie perenne que habita principalmente sobre sustratos rocosos y protegidas del sol directo por la sombra que le propician arbustos y árboles. En la actualidad se han seleccionado numerosos cultivares de esta especie con fines comerciales donde se observan variaciones en la coloración de las hojas. Existen cultivares con los márgenes de las hojas con una coloración roja intensa, con hojas rosáceas, entre otras variaciones.
Vista de la roseta de la planta suculenta Echeveria agavoides
Esta planta se caracteriza por formar una roseta de hojas muy compacta que se asemeja mucho a la que desarrollan diferentes especies de suculentas del género Agave. Esta similitud morfológica es la principal causa del epíteto agavoides. En esta suculenta el tallo es extremadamente corto y oculto por las hojas; solo se aprecia en plantas adultas que hayan perdido parte de las hojas basales.
Las hojas poseen una forma triangular muy atractiva que terminan en un tubérculo agudo muy similar a una espina. Poseen una carnosidad evidente y muestran generalmente una coloración verde clara. La coloración del follaje puede variar en dependencia del cultivar y/o la intensidad lumínica que reciban; bajo fuentes de iluminación intensa el margen de las hojas tiende a oscurecerse.
Flores
Las flores se disponen en largas inflorescencias que surgen en los laterales de la roseta de hojas. Las inflorescencias desarrollan un tallo floral de más de 15 cm de largo en el cual se disponen hojas más pequeñas y las flores agrupadas en la zona terminal. Las flores son pequeñas, tienen forma de farol y presentan los segmentos de la corola de color anaranjado y la garganta floral amarillenta. En ocasiones los tallos de las inflorescencias pueden ramificarse.
Consejos para el cultivo de la planta suculenta Echeveria agavoides
Echeveria agavoides es fácil de mantener en el jardín si se tienen en cuenta los siguientes requerimientos de cultivo:
Iluminación:
Es imprescindible cultivar esta especie en una zona muy iluminada para evitar la etiolación de la roseta. Se puede colocar al sol directo de primeras horas de la mañana y finales de la tarde. Evitar el sol intenso del mediodía porque quemará las hojas. Si no se cuenta con un jardín es necesario colocarla en el borde de una ventana para que reciba suficiente iluminación.
Vista superior de la planta suculenta Echeveria agavoides
Temperaturas:
Agradece crecer bajo la influencia de altas temperaturas. El rango óptimo para la especie se encuentra entre los 18ºC -29ºC. Evitar la exposición a temperaturas inferiores a los 5ºC. Suele tolerar temperaturas bajas durante breves períodos de tiempo si el sustrato se encuentra totalmente seco. Las heladas y contacto de la escarcha con el follaje son mortales.
Sustrato:
Es importante que el sustrato a utilizar posea un óptimo drenaje del agua ya que las raíces tienden a podrirse por exceso de humedad. Crece muy bien en sustratos comerciales para crasas siempre que se mezcle previamente con un poco de arena gruesa u otro material que mejore la aireación y drenaje.
Frecuencia de riego:
Es de suma importancia evitar que durante el riego se moje el follaje y se estanque el agua entre las hojas de la roseta. Este exceso de agua en las hojas posibilita la proliferación de hongos patógenos que la pudrirán en un futuro. El riego perfecto para esta planta es por inmersión o a la altura del sustrato. Regar siempre luego de que los primeros 2-3 cm superiores del sustrato estén totalmente secos; se puede comprobar introduciendo la yema de los dedos o con ayuda de un palillo.
Plagas y enfermedades:
Afectada por cochinillas que se alojan en la base de las hojas siendo muy difícil la remoción manual. Aun así, es necesario actuar rápido con algún remedio casero o insecticida para evitar la caída de las hojas y pudrición de la planta. También puede ser afectada por moluscos que devoran fragmentos de hojas.
Multiplicación:
Muy sencilla por división de hijuelos que aparecen en la base de plantas adultas o por esquejes de hojas. En esta especie las hojas tienden a fallar con frecuencia.
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