La incorporación de nuevas hortalizas siempre es un reto y las dudas, cuando hay una nueva incorporación, son muchas. Pero con la lombarda sabía desde un principio que el éxito estaba asegurado y es que su cultivo tampoco se diferencia mucho del resto de sus primas.
Pero vayamos con lo que nos importa realmente que es ¿Cómo cultivar lombarda?
Suelo
Es una planta que se adapta bastante bien a distintos tipos de suelos en lo que a su Ph se refiere, y no tendremos demasiados problemas con esta cuestión siempre y cuando estos tengan un buen drenaje. Este último aspecto es fundamental porque mucha gente suele confundir el que una planta necesite un alto grado de humedad con un riego excesivo y, como consecuencia, se produce un encharcamiento.
Tanto el repollo como la lombarda o la berza gallega, son plantas con hojas bastante grandes y, por lo tanto, con una gran pérdida de agua cuando las temperaturas son altas por lo que deberemos regar con frecuencia. Sin embargo, no soportan los encharcamientos ya que acabarían produciendo que sus raíces se pudriesen, por eso es fundamental cultivarlas en lugares donde el suelo drene bien el exceso de agua si vivimos en una zona con un alto nivel de precipitaciones.
Una buena forma de favorecer el drenaje, si fuese necesario, es incorporar arena de río para que este no se apelmace en demasía y se acabe produciendo la asfixia de las raíces.
Clima
Yo suelo plantarlas en dos épocas: finales de agosto, principios de septiembre o un segundo período que puede ir de noviembre a diciembre aunque prefiero el primero, ya que con temperaturas más calientes se desarrolla mejor en los primeros estadios de crecimiento pese a que después necesita temperaturas más moderadas, incluso más bien frías, para que se cierre correctamente.
Soporta heladas pero por debajo de los 8-9 grados bajo cero se resentirá e incluso acabarán por quemarse las hojas.
Plantación
Lo primero que deberemos hacer es preparar el terreno. Sería conveniente hacer una primera cava profunda en la que aprovecharemos para incorporar el abono, a poder ser de origen animal, y después simplemente procederemos al trasplante dejando una separación entre plantas de unos 50-60 cm y entre 80-90 entre filas.
Riego
Como ya comentaba anteriormente es una gran demandante de agua por lo que si la cultivas en una zona donde no suele llover hay que regar y mantener el suelo húmedo, sin encharcar eso sí. Si por el contrario no disponemos de él, plantaremos en época de lluvias y así no será necesario, siempre y cuando éstas sean frecuentes, aplicar riegos continuados.
Todo esto hay que adaptarlo a la zona de cultivo, al tipo de suelo, al clima y al momento vegetativo de la planta pues no es lo mismo cultivar una lombarda en septiembre en Sevilla que hacerlo en noviembre en una huerta gallega.
Yo siempre aplico una máxima en este tema y es que menos es más, quiero decir que es mejor quedarse corto, solucionar un déficit de riego es sencillo, que pasarse, donde las consecuencias serán mayores y corregir un exceso de agua en una huerta al uso es bastante más complicado.
Abono
Son plantas que consumen un gran número de nutrientes por lo que necesitamos un suelo bien abonado y rico en materia orgánica por lo que un buen abonado durante la fase de laboreo del terreno, con incorporación de abono de vaca, conejo o humus son opciones más que recomendables para una producción de calidad.
Asociación de cultivos
La asociación de cultivos siempre es recomendable, ya que las distintas hortalizas plantadas en una misma zona se complementarían en su proceso de crecimiento siempre y cuando sean compatibles entre sí. Con el cultivo de la col lombarda ocurre exactamente lo mismo y podemos plantar con: remolachas, guisantes, berenjenas y algunas aromáticas como el tomillo y el romero.
Enfermedades
Son varias las enfermedades o plagas que pueden afectar a nuestro cultivo de lombarda. Hay que tener especial cuidado con los caracoles y las babosas o con el pulgón pero si realizamos una buena labor preventiva con tratamientos como el purín de ortiga o colocamos trampas para los caracoles y las babosas no tendremos excesivos problemas.
Recordad que un buen insecticida o fungicida natural pueden ayudaros a evitar alguna de las enfermedades más comunes, por ejemplo, la cola de caballo o los propóleos son algunos de los que yo utilizo. Si os interesa, en este post de mi blog podéis saber más sobre ellos.
Y esto es todo por hoy. Simplemente agradecer a Iván su invitación a participar en su blog y agradecerle el haber confiado en “diario dun neno labrego” para escribir esta pequeña guía sobre el cultivo de la lombarda. Un saludo y hasta pronto.
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