Aunque depende que semillas utilicemos (no todas tienen la misma tasa de germinación) que utilicemos y su nivel de estratificación (capa sólida que impide germinación fácil) , con este proceso podemos acelerar hasta en un 20% el tiempo en el que tarda en salir la plántula. Consiste en aportar calor y humedad.
Vamos a intentar darle a la semilla las mejores condiciones de germinación basadas en aportar calor, oscuridad y un entorno con suficiente humedad. Básicamente estas 3 variables son las que necesita cualquier tipo de semilla para germinar.
Para ello necesitaremos papel de cocina o periódicos, que humedeceremos con agua hasta que tengan una consistencia ligeramente húmeda, pero sin gotear agua.
Colocaremos las semillas separadas unas de otras y taparemos con el mismo papel, también humedecido.
A los pocos días observaremos como hay una rotura de la testa y el embrión comienza a salir, momento en el cual, con mucho cuidado, plantaremos en una maceta pequeña humedecida.
Fuente: antestodoestoeracampo.net