En este artículo queremos hacer un resumen de las condiciones ideales de germinación de la mayoría de semillas.
Condiciones a controlar en la germinación de semillas
La mayoría de semillas requieren los mismos pasos, salvo pequeñas variaciones. De esta forma, podremos germinar semillas de árboles, de arbustos, flores, semillas de marihuana, plantas aromáticas o incluso grandes coníferas.Lo primero de todo es conocer que la semilla que tenemos entre manos no requiere estratificación (ver último punto) y se puede sembrar en cualquier momento. Lo segundo es evitar su conservación antes de plantar por mucho tiempo, ya que hay semillas que suelen tener un poder de germinación bajo y lo pierden con el paso del tiempo.
En general, la mayoría de ellas se pueden plantar durante todo el año en condiciones de interior, y en el caso de que se haga siembra directa, buscar el calendario de siembra y calcular entre 4 y 6 semanas antes de la fecha de trasplante deseada.
Temperatura de germinación
La mayoría de las semillas de plantas hortícolas, arbustos y de otra familia tienen un rango de temperaturas idóneo para su germinación. En general, para la mayoría de plantas, suele estar comprendido entre 15-20 ºC, con una variación de 5 ºC, de ahí que el final del invierno y el inicio de primavera reúna unas condiciones ideales.Si deseas adelantar la época de plantación, siempre puedes recurrir a los semilleros en el interior de casa o en invernadero, donde prácticamente albergan una temperatura perfecta para la germinación de semillas.
Conceptos de iluminación
Para hablar de las necesidades de luz de una semilla o plántula es necesario dividir en 2 fases: previo a la germinación y posterior a la germinación.Semilla sin germinar
Una semilla recién plantada necesita un entorno ligeramente sombrío, sin Sol directo, con luz tamizada y de corta duración. Es un error buscar una exposición al Sol directo ya que se pueden alcanzar temperaturas superiores al óptimo y se reseca en exceso el sustrato, una condición importante para garantizar un proceso exitoso.
Semilla germinada
Una vez veamos que alguna parte verde de la planta empieza a asomar, poco a poco iremos aportando una mayor cantidad de luz (luxes), pero sin Sol directo. Su exposición al Astro rey lo haremos una vez existan hojas verdaderas.
Una falta de luz puede producir plántulas con tallos muy largos y con baja producción de hojas. Por ello, el punto más crítico cuando germinamos una semilla es este. Si la luz es considerablemente reducida y hay mucha oscuridad, el tallo de la plántula se alargará en exceso y debilitará la salida de las nuevas hojas.
Humedad alta y controlada
Las mejores condiciones para la germinación de semillas son las que se consiguen de manera profesional en los semilleros, donde se suelen alcanzar humedades relativas altas, superiores al 75%. Con esto, sumado a una temperatura óptima que va asciendo progresivamente, se consigue acelerar el proceso de salida de la plántula.Sin embargo, hay que tener cuidado con la posible propagación de enfermedades (bacterias y hongos) que suelen aumentar su actividad bajo estas condiciones atmosféricas.
Para germinar en casa, el uso de un semillero con tapa, que con frecuencia iremos pulverizando, hace que aumente la humedad hasta alcanzar un punto casi óptimo para conseguir resultados rápidos y exitosos.
Riego constante y a dosis baja
Lo preferible es mantener hidratado constantemente el sustrato. Los semilleros profesionales, realizan más de 4 riegos al día por aspersión, a dosis muy bajas para evitar encharcamientos, pero con mucha frecuencia.De esta manera, se crea un entorno con una humedad ambiental alta, un sustrato siempre en un estado de humedad perfecta y se crea la atmósfera perfecta para el desarrollo de las plántulas en su fase inicial.
Para evitar enterrar en exceso las semillas en el sustrato, si regamos con un pulverizador (con un tamaño de gota muy reducido) logramos humedecer toda la tierra de forma óptima, sin desplazar la semilla.
Hay semillas que necesitan estratificación
Muchos árboles y coníferas producen anualmente semillas que necesitan estratificarse. Este proceso básicamente consiste en necesitar unas condiciones específicas para liberar la semilla y activar la germinación.Estas condiciones pueden ser la de atacar la cubierta protectora con un ácido (simulando el aparato digestivo de un animal) o bien un periodo de 2 o 3 meses en frío (frigorífico), simulando la exposición de la semilla a la intemperie en invierno.
La más habitual suele ser la estratificación por frío, y si disponemos de un frigorífico, el proceso es relativamente sencillo, ya que su temperatura habitual (entre 3 ºC y 6 ºC) es apropiada para ello.
táper de plástico: cualquier envase con tapa hermético para almacenar comida nos servirá para ello. Aconsejamos los transparentes ya que nos permiten ver su interior sin necesidad de abrir la tapa.
Sustrato: podemos elegir el clásico sustrato universal, ya que ofrece una buena retención de humedad y suele contener humus que aportan nutrientes durante el proceso de germinación.
Para estratificar en el frigorífico, llenaremos el envase a la mitad con sustrato, previamente humedecido con un pulverizador, pero no en exceso para evitar la formación de hongos y microorganismos patógenos. Introducimos las semillas semienterradas y volvemos a humedecer. Cada 7 días abriremos el táper para oxigenar el medio y renovar el aire contenido en él.
Cuando observemos que aparece un punto verde en la semilla, señal de que el interior está saliendo, podremos plantar en una maceta en el exterior, en zona sombría hasta que se forme la plántula.