La acelga es una de las verduras más sabrosas del huerto además de ser muy rica en nutrientes y disponer de escasas calorías.
La acelga es de cultivo anual y de la misma especie que la remolacha, posee numerosas variedades, casi tantas como maneras tiene de cocinarla.
Las acelgas 'blancas', la verde común y la negra son las que más se conocen y cultivan en España.
La acelga es una planta bianual, que tiene unas raíces más delgadas y profundas que su pariente, la remolacha.
Esto hace de ella una variedad excelente para la huerta, ya que no agota los nutrientes que están en la parte más superficial del terreno.
Sus hojas son grandes, de un color verde intenso (que depende de la variedad) y con forma oval, además de una nervadura central muy desarrollada.
Suelos y clima
Los mejores suelos para las acelgas son aquellos que son arcillosos, sueltos y profundos, con gran cantidad de nitrógeno y fósforo, y con una acidez que va de 6 a 7 de pH.
Suele requerir abonos. Normalmente admiten todo tipo de climas, porque son bastante resistentes, aunque prefieren temperaturas templadas.
Aunque soporta bien las heladas, las oscilaciones extremas de temperatura pueden afectar negativamente a su crecimiento.
Cultivo
Realizaremos una labranza bien profunda un par de meses antes de sembrar. La mejor época para hacerlo es entre los meses de diciembre y abril.
A los tres meses es posible obtener resultados. La semilla tendrá que cultivarse en tierra bien húmeda y recurriendo a las típicas hileras, con una distancia entre ellas de 50 cm. Las acelgas tendrán que estar separadas entre sí por unos 25 cm.
Las flores que ofrecen las acelgas durante el segundo año permiten obtener las semillas. Se utilizan 2 kilos de semillas por cada media hectárea dedicada a este cultivo.
Éstas se pueden almacenar y utilizar durante los cuatro años siguientes. Para obtener mejores resultados, se aconseja transplantarla después de haberse cultivado en semillero. (Aprende a hacer un semillero con invernadero incluido en este post)
Quitaremos las hojas más superficiales, para que las plantas no vean dificultado su crecimiento posteriormente.
Debemos mantener la tierra libre de malas hierbas y quitar las hojas que estén enfermas o secas.
Las acelgas requieren bastante riego.
Algunas enfermedades
El chinche verde suele alimentarse de las acelgas (entre otras hortalizas). Las soluciones de nicotina suelen acabar con esta molesta plaga.
La mosca de la acelga se controla con arseniato de plomo o bien con siembras tempranas.
La bacteriosis se puede minimizar con rotación de cultivos y eliminando las hojas secas.
El Mildew o la Roya son otras de las enfermedades corrientes de las acelgas.
En cualquier caso, habitualmente las acelgas suelen ofrecer resultados excelentes, aunque las condiciones del cultivo no sean las óptimas.
En la cocina
La acelga destaca por su importante cantidad de nutrientes: vitaminas A, B, C, y hierro, además de sus propiedades diuréticas y su importante cantidad de fibra, que facilita las digestiones y el tránsito intestinal.
Las hojas y los tallos pueden prepararse al vapor y cocidas, aliñadas con aceite, o bien rehogadas.
También se pueden comer en ensalada, en purés y en sabrosos guisos.
Imágenes/ Flickr: "Cantarranas" y, Garuna bor-bor, fenix27es