Tomar medidas
En cualquier momento podemos darnos cuenta de la necesidad de tomar medidas contra una plaga que azota nuestro jardín o casa campestre; se administra con tal de evitar la propagación de dichas plagas y como labor de prevención para nuestras plantas.
También es necesario dejar nuestro jardín libre de malas hierbas. Para esta labor tenemos la posibilidad de usar los fumigadores, que son máquinas que vierten y pulverizan el líquido insecticida o herbicida sobre el área deseada. Todas las máquinas fumigadoras de Garland poseen un motor a gasolina o a batería que se encarga de las labores de presión para fumigar con la mayor eficacia posible.
Un ejemplo perfecto sería el modelo FUM 350 MW que posee dos lanzas acoplables con la capacidad de ampliar hasta 120 cm el radio de acción del fumigador. O el modelo ATOM 550 MG, con un motor de gasolina de 41,5 cc que permite a la bomba generar incluso una fumigación vertical y admite tanto productos líquidos como en polvo.
Elementos de un fumigador
Los elementos más importantes de un fumigador son el depósito, la bomba, la lanza y la boquilla.
El depósito
Con respecto a la capacidad del depósito se deberá tener en cuenta dependiendo del área a tratar. Para la fumigación de jardines y huertos será recomendable usar depósitos de entre 4 y 10 litros de capacidad. Más capacidad es utilizada para grandes jardines de más de 400 metros cuadrados.
La bomba y la lanza
La bomba es la encargada de generar la presión para la correcta pulverización del líquido. Las lanzas son los brazos por los que pasa el componente a verter llegando finalmente hasta las boquillas. Tienen diferentes longitudes dependiendo de las zonas que debamos alcanzar.
Las boquillas
Las boquillas tienen formas diferentes y se usan para pulverizar el insecticida o herbicida. Las más utilizadas son las boquillas cónicas, las de espejo y las de abanico.
Precauciones
A la hora de usar el fumigador habrá que tener en cuenta ciertos factores, como la limpieza de la boquilla y el depósito después del uso, ya que es perjudicial por ejemplo utilizar la máquina para labores de insecticida habiendo dejado previamente restos de líquido herbicida.
Por otro lado, hay que tener cuidado al aplicarlo y tener muy delimitadas las zonas donde se va a fumigar para no contaminar elementos no deseados, y no se debe estar comiendo ni realizando ninguna acción que conlleve el contacto de las manos con la cara o con la boca mientras se esté fumigando.
Recuerda, la fumigación no solo es importante para nuestras plantas, sino para nosotros también ya que nos libera de las plagas de insectos lo cual reduce el riesgo de enfermedades y epidemias originadas en nuestro jardín