El Kalanchoe es una planta muy generosa que apenas necesita cuidados ni atenciones para mostrarse alegre y esplendorosa. De hecho, una investigación científica ha demostrado que esta pequeña planta, resistente, de hojas grasas y con flores de vibrantes colores, logra según los expertos, que las personas se sientan mejor.
Así que, en realidad es tan simple como poner un Kalanchoe al alcance de tu vista para que te sientas mucho mejor acerca de la vida. Una investigación sueca, por ejemplo, demostró que los pacientes de cuidados intensivos que podían ver un cartel con escenas de la naturaleza en su habitación se sentían mucho mejor que los pacientes que tenían un cuadro de arte abstracto a la vista. Otra investigación mostró que los pacientes que habían sido operados se recuperaban mucho más rápido, y sufrían menos complicaciones, cuando tenían a la vista vegetación y árboles, que cuando su vista solo contemplaba una simple pared gris.
Intenso
Lo más especial de el Kalanchoe es su inflorescencia, con todas sus pequeñas flores agrupadas en una misma rama. Es también denominada “planta de días cortos” debido a que florece en la época en que el día es más corto que la noche. Sin embargo, cuando florece, acto que dura unas ocho semanas, lo hace con verdadera intensidad, emanando pequeñas flores que varían de color, desde el blanco, rosa, rojo, amarillo al morado, colores todos ellos muy vivos y que contrastan de forma espectacular con las hojas verdes y brillantes.
Expansión
No está del todo claro cual es el origen de el Kalanchoe, aunque la explicación más aceptada habla de una introducción de los chinos “Kalan Chau” a América. Pues esta es una planta que sí se produce de forma natural en China, así como en Madagascar y en el África meridional y sudoriental. El alemán Robert, comerciante de semillas Blossfeld, fue el primero en ver el potencial de la Kalanchoe, y por eso la presentó como una planta de interior en Europa en la década de 1930. En la actualidad hay más de 200 variedades, y todas ellas son muy apreciadas por su fuerte carácter, el aspecto fresco y la naturaleza noble.
Poco exigente
La Kalanchoe puede hacer que su dueño se sienta bien año tras año. Ella no es sólo una gran planta de interior, sino que también se puede ubicar en el exterior, en el balcón o en la terraza. Un poco de agua una vez por semana durante el verano, y una vez cada dos semanas durante el invierno, será suficiente. También es aconsejable añadir al agua un poco de abono para plantas cada dos o tres semanas. La Kalanchoe prefiere un punto de luz, pero no es exigente cuando se trata de la temperatura. Y con estos cuidados básicos esta planta estará feliz del mismo modo que tú también te sentirás mejor todo el tiempo.
Agradecimientos: Oficina de Flores