El jardín en el verano sufre varios cambios de temperatura, además que se afronta a una súper sequía. Por ende, todas las casas requieren una preparación previa antes de la llegada de las altas temperaturas veraniegas. El jardín no es ninguna excepción, así que deberemos tener en cuenta ciertas condiciones necesarias para que las plantas no acaben perjudicadas por el calor. Además, en verano muchas especies se encuentran en su máximo esplendor y disfrutan de floraciones intensas y muy coloridas.
Por su parte, se debe tener en cuenta que en el jardín en el verano gran parte de las plantas con flores viven una explosión de color y aroma en el periodo primaveral. Una vez que van transcurriendo los meses y el calor aprieta, las flores se marchitan y desaparecen. Sin embargo, existen algunas especies que florecen coincidiendo con el verano.
Los meses de julio y agosto es cuando más se debe dar importancia a los jardín en el verano. Por eso te recomendamos que combines las plantas propiamente primaverales, con algunas variedades que disfrutan de su culmen durante los meses de verano. En un vivero podrán ofrecerte muchas especies de esta temporada.
Jardín en el verano: Flores estivales
Agerato: planta rústica, de flores azules abundantes con espectaculares resultados para el jardín. Necesita riegos frecuentes y mucha luz. Bastante resistente a cualquier tipo de clima, suele necesitar abono en el periodo de floración.
Boca de dragón: se trata de una especie típicamente veraniega que requiere mucho sol y que es capaz de ofrecer abundantes flores. Necesita terrenos de buen drenaje y fértiles. Para aumentar la floración es necesario cortar todas las espigas de flores una vez se hayan marchitado.
Reina margarita: una de las especies florales más fáciles de cultivar y más agradecidas con respecto a los cuidados que necesita, que son mínimos. Sus flores duran desde primavera hasta otoño.
Begonias: se plantan en primavera y produce abundantes flores. Necesita un suelo fértil, a ser posible rico en fertilizantes, y humedad. En verano regaremos una vez cada dos días y de manera generosa. Necesita lugares de luz, pero no especialmente calurosos. Siempre es mejor zonas de semisombra.
Campánulas: existen decenas de variedades de esta planta. Muy habitual es su cultivo para flor cortada. La floración se extiende hasta julio. Requiere mucha luz y suelo calcáreo.
Crisantemos: ofrecen gran colorido y son poco exigentes. Necesitan lugares frescos, pero sin corrientes y que, a la vez, reciban luz y sol. Tienen flores hasta octubre. Los cepellones tendrán que mantener humedad.
Verás que requieren más agua en cuanto se marchiten las flores; es bueno pulverizarlas con agua tibia. Para que las flores duren más tiempo tendremos que retirar las marchitas cuanto antes.
Dalias: floración abundante, tanto para flor cortada -duran hasta 10 días-, como para decorar jardines y balcones. Necesita sol, agua abundante, aunque sin encharcar, y tierra húmeda, pero permeable. Soporta bien el calor y no aguanta las heladas.
Geranios: tanto los geranios comunes como las variedades mariposa y hiedra son plantas típicas de verano, con floraciones abundantes en primavera y durante el estío.
En general son plantas muy agradecidas y poco exigentes, y se usan preferentemente para decorar jardineras y macetas de balcones y patios. Requieren luz, humedad y se multiplican fácilmente mediante esquejes.
Petunias: son de floración prolongada, extendiéndose desde mediados de primavera hasta principios del otoño. Produce muchas flores y es preciso sol abundante. Son resistentes y crecen con rapidez, siempre que se abonen lo suficiente con compuestos ricos en fósforo.
Para mantener las flores durante más tiempo, dos recomendaciones: evitaremos regar sobre los pétalos y retiraremos rápidamente las flores que se hayan marchitado.
También florecen en verano las verbenas, las zinnias, las alegrías, la salvia y los claveles chinos.
Algunas tareas del verano
A principios de la estación estival es frecuente que, con la explosión de flores y el desarrollo que el sol provoca en las plantas, el jardín sea también un lugar idóneo para que prosperen colonias de insectos y malas hierbas.
Por tanto, lo primero de lo que tendremos que asegurarnos es de que las plantas están bien cuidadas, que su tierra está limpia de hierbajos y que no sufren los efectos dañinos de ninguna plaga.
El césped necesita ser abonado y que lo cortemos con más frecuencia que en otras estaciones, ya que en verano es cuando más crece.
Las plantas bulbosas ya habrán finalizado su periodo de floración por lo que tendremos que retirarlas; asimismo quitaremos los chupones de los rosales.
Ahora es un buen momento para plantar geranios, por ejemplo.
Cuando el calor aprieta debemos aumentar la frecuencia de riego, y además, pulverizar con agua hojas y flores para refrescar los tejidos vegetales. El mes de julio suele ser el más caluroso, así que no sólo regaremos más, sino que tendremos que estar alerta ante plagas como la de la araña roja, muy activa durante este mes.
Por su parte, agosto es un periodo de transición para el jardín, puesto que hay que prepararlo para el otoño. El césped tendrá que cortarse con frecuencia y preparar la tierra si queremos plantar más césped en otoño.
El riego tiene que ser frecuente, siempre mejor por la mañana temprano, porque así la planta aprovecha el agua durante todo el día y no se pierde evaporada por el calor.
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