Además, los arbustos con flores blancas pueden ser utilizados como un telón de fondo perfecto para resaltar otras plantas y colores en el jardín. A lo largo de este artículo, exploraremos algunos de los tipos de arbustos de flores blancas más populares y cómo pueden ser utilizados para crear un espacio al aire libre hermoso y acogedor.
Top arbustos con flores blancas para tu jardín
1. Hortensia (Hydrangea Spp.)
La hortensia es un arbusto con flores blancas (y de otros colores) muy conocido de floración a principios de verano. Si buscamos el color blanco, hay cultivares muy interesantes, siendo los 4 principales los siguientes:Hydrangea arborescens (hortensias lisas )
Hydrangea macrophylla (hortensias de hoja grande)
Hydrangea paniculata (hortensias en panícula)
Hydrangea quercifolia (hortensias hoja de roble)
Además, existe un cultivar muy buscado por profesionales que es la hortensia STRONG ANNABELLE / INCREDIBALL. Este arbusto produce grandes racimos de flores blancas que aguantan hasta prácticamente el otoño.
Uno de los aspectos más importantes para controlar la floración de nuestra planta es la gestión de la luz y evitar los excesos de riego. Como ya sabes, esta planta produce un color de floración en función del pH del sustrato, de ahí que puedas encontrar sustratos especializados para este tipo de arbustos, generalmente muy ácidos y formados por turba rubia.
La ubicación ideal para la mayoría de las hortensias les dará Sol por la mañana y sombra en el calor de la tarde. La siembra se realiza mejor en primavera y otoño.
Climatología: temperatura media entre 16 ºC y 23 ºC, zonas semisombra, sin Sol pero con buena disposición a la luz.
Tipo de suelo: suelos fértiles, profundos y ácidos, siendo este último punto muy importante
Riegos: mantener humedad constante en el sustrato. Frecuencia de riego en verano, a diario o cada dos días. En invierno, cada 5 o 7 días.
Cómo cambiar el color de las Hortensias
pH 5-5.5 (suelo muy ácido): hortensias azules.
pH 5,5-6,5: suelo ácido: hortensias moradas, malvas o rojo magenta.
pH 6,5-7 (suelo ligeramente ácido): hortensias rosas.
Leer más: plantas que puedes cultivar en zonas de sombra.
2. Lila común (Syringa vulgaris)
Si buscamos un olor dulce en el jardín, es complicado superar la fragancia del arbusto de flores blancas conocido como lila común (Syringa vulgaris), el cual podemos encontrar la versión en color lavanda o púrpura y la versión blanca. Si buscas también una opción para ganar privacidad en tu vivienda, la lila común es perfecta cuando se apoya sobre vallas, generando una densidad foliar tan grande que es imposible poder cotillear a los vecinos (y que te cotilleen). A diferencia de la especie Viburnum, la lila común florece a finales de primavera, pero compensa esperar un poco más por los racimos florales de mayor tamaño que produce.
En la lila común encontramos cientos de variedades cultivadas, donde el cultivar ‘Alba’ es uno de los más valorados por su floración blanca.
Más que la mayoría de los arbustos, las lilas necesitan un lugar con buen drenaje, ya que pueden negarse a florecer si tienen demasiada humedad. No se moleste en plantarlos en un lugar pantanoso, o esté preparado para enmendar mucho el suelo para mejorar el drenaje.
Climatología: buena exposición a la luz del sol (al menos 6 horas al día). La floración primaveral se estimula con inviernos fríos (toleran hasta -15 ºC).
Tipo de suelo: suelos arenosos y arcillosos, generalmente secos, y de tipo calcáreo (pH alcalino).
Riegos: tolerante a la sequía, pero se suele regar en primavera y verano de 2 a 3 veces por semana mediante riego por goteo.
3. Andrómeda japonesa (Pieris japonica)
El arbusto de flores blancas Andrómeda, conocido también como Pieris japonés, ofrece un aroma realmente atractivo (pero singular) para el jardín de primavera y verano. Y es que no a todo el mundo les gusta el aroma, aunque a a otros les figura realmente irresistible. Más allá de las flores en forma de campana, los beneficios de cultivar Andrómeda como especie perenne es disponer de hojas durante el invierno, en las que algunos cultivares (como con el cultivar ‘Mountain Fire’) muestran un interesante color rojo y una entrada en floración temprana (generalmente en marzo).
Pieris japonica es bastante resistente al frío, soportando temperaturas por debajo de los 0 ºC. Sin embargo, no le gusta tanto el calor sofocante de algunas zonas en verano, por lo que interesa buscar un ambiente fresco y bien ventilado, protegido del Sol directo.
Climatología: ubicación a media sombra o sin Sol directo.
Tipo de suelo: Agradece un suelo bien drenado y pH ácido, con buen contenido en materia orgánica y buena capacidad para retener algo de humedad.
Riegos: mantener la humedad de forma constante en el suelo, sin dejar secar la tierra.
4. Azalea (Rododendro Spp.)
Los arbustos con flores blancas conocidos como azaleas pueden florecer a principios o finales de la primavera, dependiendo del cultivar y variedad elegida en tu jardín. Las variedades blancas más conocidas son ‘Blooom-a Thon’, ‘Cascade White’, ‘Delaware Valley White’, ‘Northern Hi-Lights’, ‘Pleasant White’, ‘Snow’ y ‘White’.
Y es que, en lo que más destaca los rododendros es en la belleza de su floración. Un porte arbustivo que se adapta a todo tipo de paisajes, vallas, caminos y para formar setos, ya que admiten muy bien la poda. El género está extendido por todo el mundo, predominando variedades específicas en Europa, América y Asia. Muchos de ellos son híbridos ornamentales que tienen mucha acogida en viveros y tiendas especializadas.
Lo más característico de la azalea es el gran volumen de flores que produce. Son bastante grandes, colores muy atractivos y situadas en las axilas de las hojas. La floración se produce en primavera, aunque dependerá de la subvariedad plantada que se adelante o atrase según la climatología y precocidad.
Climatología: Su temperatura óptima es ligeramente fría, entre 10 ºC y 20 ºC. Cultivo a semisombra en zonas con cierta humedad ambiental.
Tipo de suelo: importante disponer de un suelo ácido (pH entre 5 y 6,5), rico en materia orgánica y con buen drenaje.
Riegos: riegos continuos y manteniendo de forma constante la humedad en la tierra.
5. Viburno (Viburnum carlesii)
El viburnum (Viburnum carlesii) es un ejemplo de un arbusto con flores blancas (y otros colores) a inicios de primavera (abril) . Los capullos son rosados pero luego se abren para convertirse en racimos de flores blancas. Si quieres evitar el color rosado en los capullos, puedes elegir cultivares de blanco puro, como Viburnum plicatum var. tomentosum ‘Mariesii’.
Leer más: Viburnum lucidum, crea tu seto perfecto.
Para conseguir una mejor floración, es importante disponerlo en una zona con buena iluminación, aportando un fertilizante rico en fósforo previo a la floración. Además, el suelo debe ser ligeramente ácido para conseguir un resultado óptimo de crecimiento.
Climatología: puede resistir heladas y temperaturas gélidas. Plantación a pleno Sol o semi sombra.
Tipo de suelo: suelos consistentes y frescos, incluso arcillosos, pero sin exceso de humedad.
Riegos: riegos moderados en verano y en primavera para que el sustrato no se seque, y en otoño-invierno limitar el riego a 1 vez cada 7-10 días.
6. Espirea (Spirea Spp.)
Como sucede con las rosas, que de alguna manera guarda relación con los arbustos con flores blancas del género Spirea, también florecen a principios del verano. Aunque algunos de los tipos más populares de Spirea tienen una floración rosada, existen algunos ejemplares de arbustos con flores blancas, como el Spirea ‘Vanhoutte’ (corona nupcial) (Spiraea × vanhouttei ). Esta planta se cultiva a pleno Sol y crece entre 1,5 y 2,5 metros de altura y 2 y 3 metros de ancho. Su floración se produce entre los meses de abril y mayo.Otros arbustos con flores blancas que son cultivares de Espirea son:
‘Snowmound’
‘Snow Storm’
Las Spireas tiene una tolerancia bastante buena a las condiciones de sequía una vez que se hace adulto, pero mientras es joven es importante mantener las plantas con el sustrato húmedo de forma continua.
Climatología: buena exposición a la luz, tolera el frío, florece al comienzo de la primavera. Crece idealmente a temperaturas entre 10 a 25 ℃ , pero puede sobrevivir a temperaturas tan frías como -20 ºC.
Tipo de suelo: arbusto muy rústico adaptado a todo tipo de suelos. Recomendable abundante materia orgánica y estar bien drenado.
Riegos: cada 3-4 días en primavera y verano, cada 10-15 días en invierno.
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