De la zinnia dicen que representa los pensamientos de los amigos ausentes, (más sobre el lenguaje de las flores en este reportaje).
(Imagen/ Flickr: MShades)
La zinnia se puede encontrar en una gran variedad de colores, desde violeta o crema hasta rojo y amarillo, y también con diferentes tamaños, dotando a tu parterre de una diversidad de tonalidades que le darán viveza y esplendor.
Con ella se pueden componer preciosos ramos que pueden durar más de una semana. Las variedades enanas son el mejor adorno para balcones y ventanas.
Sus flores tienen dos coronas de pétalos. Sus sépalos son velludos y sus tallos huecos y quebradizos. La forma en que se distribuyen sus hojas triangulares, de dos en dos, es característica de esta planta que despliega una espesa y rígida vegetación.
Su ciclo es anual, por lo que podrías disfrutarla sólo durante un año (aunque seguro que deseas volver a plantarla).
(Imagen/ Flicrk: Rameshng)
Pertenece a la familia de las Asteraceas y goza de gran estima entre los aficionados a la jardinería por la facilidad con que se siembra. Si se hace en suelo fértil, la floración es muy rápida y se puede mantener hasta el otoño. En definitiva, la zinnia recompensa un mínimo esfuerzo pintando tus macizos y maceteros de colores elegantes y llamativos.
Johan Gottfried Zinn fue su descubridor y a él debe su nombre. La zinnia proviene de América y allí crece de forma espontánea.
Existen unas 20 especies diferentes de vivaces, anuales o arbustos, aunque, desde mediados del siglo XIX, no han parado de crearse nuevos y curiosos híbridos que han ido sumándose a la lista de variedades de zinnias.
(Imagen/ Flickr: ralph and jenny)
El cultivo: fácil, fácil
Esta especie crece uniformemente en suelos húmedos y bien drenados que reciban una buena dosis de sol diaria. La acidez del terreno no perjudicará su desarrollo y es conveniente enriquecer la tierra con abono orgánico.Plantando la simiente en un semillero germinará en poco tiempo, en sólo una o dos semanas, (aprende a hacer un semillero en ochos pasos sencillos).
Cuando aún se teman heladas propias del fin del invierno (época en que debe sembrarse), será necesario utilizar un acolchado o una protección plástica para evitar la congelación de las semillas.
En un mes o dos la planta ya estará lo suficientemente crecida para trasladarla a plena tierra y en ocho o diez semanas comenzarán a emerger los capullos. La marca de la plantación se puede estrechar para formar macizos densos que no dejen de florecer.
Si quitamos las flores marchitas fomentaremos el crecimiento de mejores floraciones. Esto debe hacerse cortando el tallo lo más abajo posible antes del primer cruce con otro tallo.
(Imagen/ Flickr: MShades)
Casi se cuida sola
Lo mejor es encontrar un emplazamiento en el que la planta pueda recibir el sol de lleno durante la primavera, el verano y el otoño.Habrá que proteger a las semillas porque las babosas y los caracoles acuden a ellas. Los pulgones y otros ácaros también pueden perjudicarla.
Entre cada riego, lo más aconsejable es dejar que la tierra se seque al menos un centímetro, evitando en lo posible que las hojas se mojen en la operación.
Otra de sus virtudes es que no necesita ser abonada, con el consiguiente ahorro de trabajo que supone. Tampoco es necesario pulverizarlas en ninguna época del año.
Si el crecimiento de las hojas es lento o su color es verde pálido se puede utilizar un fertilizante soluble para reanimarla. La planta puede y debe estar a la intemperie durante todo el año.