Cada estación tiene unos peligros para nuestras plantas. En verano bien es cierto que muchos insectos mueren a causa del calor, sin embargo las temperaturas dan pie a otras plagas de verano, ante las que debemos estar alerta. En un alto número estos ‘bichos’ pueden ser una enfermedad en nuestro jardín. He aquí los principales potenciales agresores.
Los mosquitos son los reyes del verano. Sus picaduras son molestas y a veces dolorosas. Aunque suelen sobrevolar todo tipo de casas, los jardines son lugares de su gusto para poner las larvas y, cuidado, se multiplican con mucha rapidez. Para impedir que se reproduzcan las plagas de verano en nuestro hogar, evita que en la tierra o en cualquier otro sitio, queden zonas con agua encharcada o sucia. Se especialmente cauteloso con los mosquitos tigres.
Si a los anteriores les gusta el ‘agua’, a las arañas les atraerán más los lugares calurosos, pero secos. Búscalas si empiezas a ver que las hojas de tus plantas tienen motitas amarillas y se secan enseguida. Estos ambientes también agradan a los trips. Si aparecen estos diminutos enemigos, se beberán la salvia de las plantas y tardarás en deshacerte de ellos. Como sucede con todos los casos, es importante evitar las malas hierbas, ser constante y empezar a luchar contra la plaga lo antes posible.
Las hormigas pueden ser una plaga común también y un incordio si son de especie negra, ya que traen el pulgón consigo. Los pulgones excreta una sustancia que a las primeras les gusta y, a cambio de ella, las transportan hasta las plantas.
Hay gente que opina que para esto es útil que instales un par de mariquitas que, además de ser muy graciosas, se comen el pulgón.
Pero si existe una comunidad odiada esa es, por supuesto, la de las cucarachas. Les gusta la basura y la humedad, y, desgraciadamente, nunca vienen solas. Se pasean sobre todo por la noche y las hay trapadoras y 'voladoras'.
No hay que olvidar a las cochinillas y a las mosca blancas. Las primeras nacen en junio y es mejor que intentes acabar con ellas en estado larvario, pues al crecer su caparazón les protege de muchos insecticidas.
Las moscas blancas crecen en condiciones similares a las del mosquito y dejan sus huevos en el envés de las hojas. Si ves que tus especies vegetales amarillean échales un ojo: los huevos y el huésped crecido son muy pequeños (los adultos no superan los 3mm)
La opción ideal es que estés preparado/a y prevengas la presencia de estos saqueadores de jardines.