(Imagen/ Flickr: Quiet Earth publicada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0)
El cereus peruvianus son plantas primitivas que resisten el paso del tiempo en constante mutación, de ahí la inmensa variedad de formas extrañas, extraordinarias que adoptan; a veces incluso se diría que vienen de otro planeta, que son "plantas de ciencia-ficción".
Y quizá por eso los cereus peruvianus tengan unas características tan sorprendentes que son comparables a las virtudes de los superhéroes...
Pensémoslo bien: han aprendido a retener el agua que necesitan, al igual que los animales y los seres humanos, sí; pero para desarrollarse en regiones de extrema sequedad donde el agua es un tesoro de valor incalculable, también han conseguido conservarla y evitar su evaporación.
Además, para sobrevivir en regiones desérticas y abrasadas por el sol, economizan sus reservas ralentizando sus funciones vitales.
Pero no se contentan con eso. Los cereus peruvianus son capaces de fabricar sustancias casi desconocidas: alcaloides de muy variada fórmula. Tanto que unos son poderosos venenos y otros pueden ser extraordinarios medios de curación para enfermedades muy diversas.
(Imagen/ Flickr- Pilosocereus azureus: Juan Ignacio 1976)
Por eso, a lo largo de miles de años, las diferentes culturas del Planeta han ido descubriendo y aprovechando sus numerosas propiedades.
Por ejemplo, algunas especies se usan continuamente para preparar exóticos y beneficiosos platos; otras son recolectadas por los chamanes y curanderos para confeccionar brebajes mágicos de propiedades milagrosas y casi todos se emplean con frecuencia como remedios caseros para diversos tipos de afecciones.
Dentro de estas "plantas con superpoderes", quizá el más conocido sea el cactus Cereus peruvianus (Conoce los nombres de los cactus y aprende a identificarlos), originario de América Central y del Sur, y comercializado masivamente en Estados Unidos desde mediados los años 80; después de que diversos estudios demostrasen su capacidad para corregir las alteraciones en los campos electromagnéticos causadas por las radiaciones que producen aparatos eléctricos como, por ejemplo, televisores y ordenadores.
Ahora sabemos que la contaminación electromagnética, al igual que la radioactividad, es muy perjudicial para nuestra salud porque no la podemos apreciar con nuestros sentidos.
Pero, además, tiene un inconveniente añadido: su margen de actuación es muy amplio; son tan peligrosas las frecuencias bajas como las altas y las de gran intensidad como las de pequeña (microondas e hiperfrecuencias, respectivamente).
Pero esto puede dejar de ser una amenaza desde que se ha comprobado que los grandes ejemplares de peruvianus (el típico cactus "candelabro" de los desiertos Mexicanos) apartan hasta 15 metros de sí las llamadas redes de Hartmann ("paredes" verticales de radiación que surgen de la tierra), a la vez que restablecen las alteraciones del ambiente provocadas por la contaminación electromagnética.
(Imagen/ Flickr- Polaskia chichipe :someone10x)
Potencia sus efectos
Seguro que ya estás pensando dónde colocar tan extraordinario guardián vegetal. Antes de nada, debes saber que no es necesario que adquieras un gran cactus candelabro.
Lo primero que debes hacer es conocer algunos datos importantes sobre los cactus anti-radiación:
Reconócelos: son especies columnares, no esféricas o que crezcan formando grupos, y su epidermis debe estar recubierta por una capa más o menos cerosa (si tocamos el cactus dejaremos la huella de nuestro dedo en su tallo) de color azulado o verdoso.
Las especies más comunes y fáciles de encontrar son: Cereus peruvianus, Myrtillocactus geometrizans, Pilosocereus azureus, Marginatocereus marginatus, Polaskia chichipe y Pachycereus pringlei.
La mayor o menor capacidad para restablecer el ambiente normal, en una habitación alterada por emisiones electromagnéticas, viene dada por el tamaño (área de superficie) del cactus, y no por su número de espinas, costillas o caras.
A mayor tamaño, aumenta la capacidad de neutralización; aunque con un pequeño cactus de unos 40 cm. de altura y de seis caras es suficiente (ojo, cuando tiene cinco, su resultado es un 25% menos efectivo), siempre que se coloque cerca de la fuente de emisión de ondas.
(Imagen/Flickr- Pachycereus pringlei: amantedar)
Ahora podrás estar pensando: "Pobre cactus, si absorbe las radiaciones estará condenado a muerte". Todo lo contrario.
Como cuenta Eduardo Pérez Sánchez, un apasionado de estas plantas, en su página web: Hace algunos años, en el Diario EL PAÍS, se compraron una docena de Cereus que se colocaron en sitios diversos de la redacción, un lugar con gran densidad de ordenadores, impresoras y pantallas. Al cabo de unos meses, sólo tres habían sobrevivido: los que estaban situados entre varias pantallas, rodeados de ondas magnéticas.
Cuidados generales
(En este reportaje te lo contamos todo sobre los cuidados básicos de los cactus. ¡No te lo pierdas!)
Lo más delicado e importante a la hora de prolongar la vida de cualquier cactus es encontrar el punto y frecuencia de riego óptimos.
En general, todas las especias requieren riegos abundantes; pero distanciados. No se puede dar una regla fija.
(Imagen/ Flickr- Myrtillocactus geometrizans: amantedar)
Depende del calor que haga o del sitio en donde estén. Si el cactus está a pleno sol en verano, puedes echarle agua todos los días, dentro de casa una vez a la semana; pero si es invierno y la calefacción está muy fuerte, hazlo cada mes y medio... En definitiva, el mejor consejo es: entre la duda de regar o no, mejor no lo hagas. Cuando los cactus se pudren es por exceso de humedad; primero pierden las raíces, se consumen por dentro o se ponen negruzcos, blandos y malolientes y se acaban deshaciendo.
Por eso, es preferible regarlos con gran cantidad de agua cuando la tierra esté totalmente seca en vez de regarlos superficialmente a diario. Para comprobar ese punto, se puede meter un palillo en la tierra: si sale seco se riega, si sale ligeramente húmedo, no.
(Aprende a cultivar cactus de una manera sencilla con facilisimo.com).
Consejos específicos para el Cereus peruvianus
La tierra que requiere debe ser arenosa.
Excepto el mantillo (éste es apropiado si lleva más de dos años quemándose al sol) puedes utilizar cualquier tipo de tierra, por ejemplo: turbas, tierras de brezo... Eso sí, mezcla una parte de arena de río con dos partes de las tierras que hayas elegido.
(Imagen/ Flickr- Cereus peruvianus : Starr Environmental) Al contrario de las demás plantas, es muy importante no regar ni una gota hasta diez días después de haberlo trasplantado. Pasados esos días encharcar bien la tierra.
En el trasplante es fácil que se produzca alguna herida en raíz y, si la tierra contiene hongos (algo muy común), pueden atacarlo. Pasados de 7 a 10 días esas heridas han cicatrizado y el cactus puede utilizar sus propias defensas.
Después, riégalo cada 15 ó 20 días en primavera, verano y otoño (en invierno no conviene). Hazlo por inmersión durante 5 ó 10 minutos dejando que el agua le llegue hasta el cuello.
Para que sea efectivo, el Cereus uruguatanus, como también se le conoce, debe estar colocado en uno de los costados de la fuente de ondas y no encima como se acostumbra.
Y, esto es muy importante: cada tres meses, dale una semana de descanso, fuera de radiaciones (si tiene un poco de sol, mejor). Así se recuperará y te durará mucho más; pues se ha observado que la planta acaba perdiendo propiedades por cansancio.
Agradecimientos: Hispavista-Mujer, Lycos, PlanetaCactus, Morningdewtropical, Viveros Martínez, Friedrich A. Lohmüller