Sí, supongo que los humanos somos seres inteligentes… hacer que un cuerpo sin alas pueda volar sólo puede ser obra de un cerebro evolucionado y unas manos… especiales. Algunos han llegado al espacio e incluso han permanecido allí por meses enteros aún cuando no hay atmósfera respirable allá arriba… y el iPhone! a ninguna otra especie se le había ocurrido un aparatico tan chévere cierto?. Definitivamente somos muy berracos!
Pero si me preguntan cuál es la cosa más inteligente que los humanos hemos hecho en tooooda nuestra historia, yo diría que observar y seguir los ciclos de la Naturaleza.
Porque si lo piensan bien, se darán cuenta de que el diseño de las alas de los aviones que nos ‘permiten volar’ ya eso estaba inventado; y la agricultura tampoco es que sea del todo una invención humana… sólo una especie tan fantoche como la nuestra podría hacer semejante afirmación. En realidad lo que pasó fue que alguna antepasada curiosa se pilló que las plantas renacen de las semillas de los frutos que su pandilla recogía para comer y si las sembraban correctamente podrían obtener otras plantas con frutos iguales. Así, los demás grupos humanos siguieron sembrando sus propios alimentos en vez de andar por ahí merodeando como vagos y se inició lo que podríamos llamar la base de las civilizaciones… pero… que sea un invento humano… bah! el diseño en realidad lo hizo la Madre Naturaleza.
A lo que sí le doy crédito a aquellos humanos es a su pilera a la hora de organizar todo para que la agricultura fuera posible, ya que eso tampoco es tan fácil como sentarse a ver televisión. Todo lo contrario, la la agricultura requirió muuucha observación, planificación y registro de datos por parte de muchas generaciones de humanos hasta que lograron desarrollar tan sólo una de las tantas herramientas que permiten su evolución: Los calendarios. Un horticultor sin un calendario es como un ingeniero de software sin… computador.
Me tomé el trabajo de echar esta carreta antes de entrar de lleno en el tema sólo para que entiendan su importancia, no es un capricho mío o una nota de relleno para el blog, se los aseguro… tener un calendario y seguirlo lo más estrictamente posible aumenta el porcentaje de éxito en nuestras aventuras hortícolas! Además no seas tan quejetas! la mitad del trabajo ya está hecho, sólo tienes que seguir las instrucciones… que además son gratis!!!!.
Cómo armo mi calendario de jardinería? Empecemos por las dos posibilidades básicas: Que vivas en las Zonas Templadas del Norte o Sur ó que vivas en el Trópico.
a. Si vives en el Norte o el Sur
Las primeras fechas que debemos marcar en el calendario son las fechas aproximadas de la Última y la Primera Helada. Esos dos días del año marcan la duración de tu temporada de jardinería y te ayudan a programar las actividades según las necesidades del suelo, las plantas y la huerta en general. El ciclo vital de tu huerta sería algo como esto:
b. Si vives en el Trópico
Yo suelo demostrar sin pudor mi cochina envidia por aquellos que aún viven en el trópico ya que su época de jardinería no tiene una pausa tan laaaaarga como la que yo tengo en el invierno, pero lo que sí no he dicho que es más fácil.
En el Trópico, lo que determina el ciclo de vida de una huerta no es tanto la fecha de las heladas sino las épocas de lluvias y sequías en los respectivos pisos térmicos. Salvo por fenómenos meteorológicos como El Niño y La Niña, las épocas de sequías y lluvias son relativamente constantes en cada piso térmico pero no ocurren al mismo tiempo en un mismo país, así que es necesario observar muy bien el clima de tu propia región puesto que apesar de que no cambie tan dramáticamente como aquí en el Norte, los cambios sí ocurren, y por muy sutiles que sean, afectan el rendimiento y productividad de tus plantas.
Disclamer: Yo nunca he hecho jardinería en el Trópico, pero me imaginaría que el ciclo sería algo como así:
Hasta aquí me siguen? Perfecto porque todavía falta un poquito más…
Teniendo claro cómo funciona nuestro clima y siguiendo el ciclo de la Naturaleza, vamos a tomar un calendario… sí, de esos que regalan en las tiendas a final de año o incluso no electrónico como Google Calendar ó el del Outlook, que además tiene la posibilidad de programar alarmas y todos los gadgets… sí, toma uno de esos y empieza a marcar las fechas de la Última y Primera Helada (en el Norte y Sur) ó Época de Lluvias y Sequías (En el Trópico).
Luego, toma la lista de vegetales que escogiste para sembrar junto con los paquetes de semillas y programa las fechas en las que vas a ponerlas a germinar. Ten en cuenta que algunas plantas como el Tomate o los Pimentones requieren una larga temporada de crecimiento, por lo tanto debes empezar a germinar las semillas con muchas semanas de anticipación dentro de la casa para que cuando la helada termine, las plantas ya estén bien desarrolladas y listas para el transplante. Yo las pongo a germinar incluso con la huerta llena de nieve, eso sí, dentro de mi casa.
Adicionalmente, programa las fechas de fertilización de acuerdo al tipo de planta y de fertilizante. Unas pueden requerir fertilización cada mes, otras cada dos semanas y así sucesivamente, así que es mejor estar pendientes de esas fechas para no poner el riesgo la nutrición de nuestras plantas.
Finalmente, programa las fechas de compostaje. Esta es la última tarea de mi área y es la más importante ya que se trata de limpiar los residuos de la cosecha y reciclarlos con el fin de que se conviertan de nuevo en nutrientes para la próxima temporada. Si haces lombricultura, no olvides programar la ‘cosecha’ de abono de lombriz cada dos o tres meses.
Y bien, este finalmente es mi calendario de jardinería del año… y pueden bajar la plantilla desde este link para que hagan su propio calendario.
Y bien, luego de este largo proceso, lo que sí es cierto es que armar un calendario para cada año nos ayuda a ser más organizados, no solamente en nuestra huerta, sino en nuestra vida diaria… al final de cuentas, nosotros sólo estamos disfrutando el resultado del esfuerzo que muchas generaciones antes que la nuestra, la de nuestros padres y más allá de la de nuestros abuelos invirtieron escuchando la voz de nuestra Madre Naturaleza. Una cosa sí es cierta, podremos ser muy inteligentes con nuestras naves espaciales y nuestros iPhones, pero jamás podremos superarla a ella.