Suerte de principiante
Ajos. Para ser mi primera vez cultivando ajo, me ha ido muy bien. Los planté el otoño pasado, han aguantado lluvia, nieve, invierno, temperaturas de -20°C y de hasta 30°C. Hace 3 semanas les corté la flor para que la energía de la planta se concentre en el bulbo y las hojas ya están empezando a secarse. Calculo que en un par de semanas ya estarán listos para cosechar. Sólo me preocupa un poco las lluvias que hemos recibido últimamente y las que pronostica el servicio de meteorología de Canadá. Llegará el tiempo de cosecha y veremos.
Repollitos de Bruselas. Tenía mucho miedo intentar con los repollitos de Bruselas porque son plantas que toman mucho tiempo en desarrollarse y son más bien comeloncitas, es decir, necesitan un terreno muy fértil… pero no me pude contener cuando ví las semillas en la tienda, así que las compré y las puse a germinar. Tuve la suerte de que TODAS germinaron y crecieron super bien mientras estuvieron en la casa… pero la sonrisota se me borró de la cara cuando las transplanté y las babosas se comieron la mitad. De todas formas las tres matas que me quedaron han evolucionado divinamente y ya están desarrollando los primeros botoncitos :). La cosecha de otoño promete.
Las que no tienen pierde
Las verduras de ensaladas. La única forma de fracasar con las lechugas, espinacas, rúgula, bok choi y la col rizada es no sembrarlas. No tienen pierde. He comido buena ensalada esta temporada
aunque he tenido que parar de sembrar en estos últimos días ya que el calor del verano las hace producir semillas en vez de hojas.
El maíz. Hay que ser descaradamente descuidado para que una planta de maíz no dé mazorcas, y para ser descuidado hay que ser ciego porque el maíz no es una planta que se deje ignorar fácilmente, ella es altiva, firme y decidida. Tampoco es que haya que cuidarla tanto, sólo basta aplicarle su fertilizante cada mes y ayudarla a polinizar y se da por bien servida. Otra cosecha otoñal que promete.
Las habichuelas y fríjoles. Tengo que admitir que soy negligente con estas plantas. Tan negligente soy que sólo las volteo a mirar cuando noto las vainas creciendo de sus flores. Soy la peor, pero ellas son las mejores.
Mea culpas
Mis tomátes, pimentones y berenjenas. No puedo negar que he sufrido con mis solanáceas este año. Esperé un tiempo prudente para trasplantarlas pero hubo una semana de días bastante fríos y heladas nocturnas que causaron estrés en mis plantas muy a pesar de toda la protección que intenté darles con mis túneles de plás
tico. A estas alturas del verano mis solanáceas deberían estar llenas de hojas y ramas por todas partes y sin embargo no pasan de ser unas flacuchas espigadas. Con todo y eso los tomátes están cargados de flores y algunos están desarrollando fruto así que no puedo más que sentirme afortunada por tener unas plantas tan agradecidas. Lección aprendida, voy a tener que esperar hasta la mitad de Junio para transplantar mis solanáceas.
Fresas. Ya en un post anterior les conté cómo las atacaron las siete plagas. Aún así produjeron más de una libra de fresas en la primera cosecha y en este momento están renovando follaje y flores, lo que indica que al igual que mis solanáceas, mis fresas son unas guerreras que están lejos de rendirse en la batalla. El mea culpa es más que todo por aplicarles la tierra diatomácea como último recurso para ayudarles a repeler las pestes. No me gusta utiliz
ar la diatomácea, y espero no tener que hacerlo jamás.
Las sorpresas
Más tomátes!. Al final de la cosecha del año pasado, y como es costumbre de todo jardinero, recogí las plantas desgastadas y los frutos casi podridos y los eché a mi compostera para que la naturaleza hiciera lo suyo en invierno y convirtiera la materia orgánica en abono para la siguiente temporada. En primavera, saqué el compost y lo apliqué al suelo en donde actualmente tengo plantado el maíz, el zapallo y las habichuelas. Lo que nunca me imaginé es que además iba a tener más tomátes!!!. Las semillas del año pasado germinaron y ahora tengo cuatro tomateras más. Y como si la sorpresa no fuera suficiente, la ironía vino a burlarse de mí ya que estas tomateras están incluso mucho más bonitas que las que cuidé con tanto esmero aquí en la casa!.