Hoy voy hablaros del cultivo del guisante. Una leguminosa muy interesante para cultivar en nuestra huerta, por las fantásticas opciones culinarias que nos ofrece así como por su fácil cultivo en una época del año, que por causa de las bajas temperaturas, no es propicia para muchos cultivos.
Dependiendo de la zona climática en la que vivamos podemos sembrarlo en otoño o en invierno. Nosotros, por las características de nuestra climatología, en nuestra zona llueve bastante, lo hacemos durante los meses de enero-febrero.
Es una planta bastante resistente a los fríos del invierno, incluso puede aguantar heladas y temperaturas bajo cero. Así que no tendremos muchos problemas por ese motivo.
A continuación os daré algunas pautas para su cultivo que espero os ayuden y os sirvan como guía.
La preparación del terreno:
Lo primero que tenemos que hacer es preparar el terreno y dejar la zona de la huerta en la que realizaremos la siembra bien aireada y suelta. Por lo que la primera tarea será cavar la tierra, aprovechando este trabajo para incorporar un abono orgánico: humus, compost e incluso las hiervas que crezcan en ese momento en el terreno. Esta labor la haremos con un mes de antelación más o menos.
El segundo paso será dejar el terreno bien nivelado con la ayuda de un rastrillo y colocaremos los tutores. Depende de la variedad, ya que hay alguna variedad que no lo necesitan pero la mayoría lo usarán como guía para permanecer erguidas.
La siembra:
Sembraremos los guisantes en golpes de 3 o 4 semillas por agujero y a una profundidad aproximada de unos 3 o 4 cm. Separaremos los hoyos y las filas unos 30-40 cm.
El abonado:
Se trata de un cultivo que no es muy exigente en cuanto al abonado por lo que con el que hicimos en la preparación del terreno es más que suficiente.
El riego:
No necesitan mucho riego, si las condiciones de humedad son las correctas, y es que hay que tener en cuenta que se cultiva durante unos meses en los que, dependiendo de la zona, se producen bastantes precipitaciones. Si eso no fuese así habrá que aplicar riegos para humedecer el terreno. Durante la floración y en el engorde de las vainas es cuando las necesidades por parte de la planta son más exigentes.
En este punto difícil dar unas pautas y es que depende mucho de las zonas en las que estemos haciendo la siembra y de las características del terreno. También hay que tener en cuenta las diferentes etapas de crecimiento ya que no es lo mismo los riegos a aplicar en el mes de abril que en Sevilla, que los que aremos en ese mismo mes en Gijón.
Los cuidados:
No necesitan mucha atención, vigilar, que la planta se enganche bien a los tutores, observar las necesidades de riego para que no sufran un estrés hídrico, ni por falta ni por exceso, eliminar las malas hierbas y vigilar que no tengan plagas o enfermedades.
Cuando las plantas ya tienen vaina y empiezan a madurar es conveniente protegerlos para evitar que los pájaros se encarguen de recogerlos por nosotros.
Plagas y enfermedades:
Polilla del guisante, tenemos que estar muy atentos, es una plaga que suele afectar con altas temperaturas así que una forma de prevenirla es hacer siembras tempranas. Observar y eliminar cualquier planta en cuanto veamos alguna oruga.
Pulgón verde, podemos prevenir este problema con la aplicación de purín de ortiga pulverizado sobre las hojas. Se suele producir durante la etapa vegetativa y en menos medida durante la formación del fruto.
El oídio del guisante, se propaga rápidamente y hay que tener cuidado sobre todo cuando las temperaturas empiezan a aumentar pero aún tenemos mañanas con rocío. Regar al pie de la planta evitando mojar las hojas. Eliminar las hojas afectadas y sobre todo mantener una buena aireación en el cultivo.
Y en el siguiente vídeo podéis ver cómo realizar la primera fase del cultivo del guisante, la siembra. Espero que os guste y que os ayude a incorporar este cultivo a vuestros huertos.
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Fuente foto guisante verde pincha aquí