Hace algún tiempo, unos 7 u 8 años años para ser un poco más preciso, que me picó el gusanillo de cultivar hortalizas en hidropónico. En un principio empecé por hacerlo con plantas ornamentales, y no se me dio nada mal, la verdad.
Durante todo este tiempo he estado estudiando sobre el tema: viendo vídeos de gente que ya tenía experiencia en este campo, leyendo publicaciones que fui encontrando en internet, así como algún que otro libro que cayó en mis manos. Poco a poco me fui haciendo una idea de qué era la hidroponía y en qué consistía cultivar hortalizas en una solución nutritiva sin utilizar substrato.
El concepto de cultivo, en lo básico, no se diferencia tanto del sistema tradicional. Las plantas necesitan para crecer y desarrollarse correctamente lo mismo tanto en la horticultura de suelo como la que se practica en un medio inerte o acuoso: Nutrientes, luz, agua, temperatura, etc. Así que teniendo esto en cuenta y después de creer que la parte teórica estaba más o menos superada, me decidí a empezar la parte práctica. Pero antes os haré un breve resumen de qué es la hidroponía y de dónde surge.
¿Qué es la hidroponía?
La hidroponía es un método de cultivo de plantas y hortalizas, en la que se sustituye el suelo por agua o un elemento inerte: como arena, grava, perlita, fibra de coco o lana de roca y en la que utilizan soluciones nutritivas. Esta técnica permite un control más preciso de los nutrientes, el pH y el entorno de crecimiento, lo que resulta en un crecimiento más rápido y eficiente de las plantas. Este método permite cultivar en espacios reducidos y además se pueden cultivar determinadas hortalizas en lugares donde el suelo es pobre o inexistente y por lo tanto no se podría cultivar si no fuese de esta manera.
¿Cuál es el origen de la hidroponía?
Podríamos pensar que este sistema de cultivo es un concepto moderno, pero en realidad, y si me permitís el símil, sus raíces son bastante antiguas. Se cree que las primeras formas de cultivo hidropónico se remontan a tiempos antiguos. Un ejemplo a destacar serían los Jardines Colgantes de Babilonia, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, donde se dice que las plantas crecían en sustratos artificiales y eran regadas con agua enriquecida con nutrientes.
China, Egipto o los aztecas con los jardines denominados chinampas, fueron muchos los pueblos que de algún modo, utilizaron el agua y el aporte de nutrientes a la misma, para el cultivo de diferentes plantas. En el siglo XVII, Bacon, un filósofo ingles realizó una serie de publicaciones sobre el crecimiento de plantas sin tierra. También John Woodward, otro británico, hizo determinadas experimentos e investigaciones y descubrió que las plantas crecían mejor en agua que contenía partículas del suelo disueltas, lo que le llevó a la idea de la nutrición mineral.
Es obvio que la hidroponía, no es un descubrimiento moderno. Pero lo que no podemos negar es que desde sus inicios hasta ahora, la hidroponía ha evolucionado gracias a las nuevas tecnologías y técnicas, haciendo posible el cultivo de una amplia gama de vegetales, frutas y hierbas en invernaderos, interiores y lugares urbanos. Podríamos decir, que hoy en día, la hidroponía es una técnica crucial en la agricultura sostenible, ya que utiliza menos agua que la agricultura tradicional, optimiza el uso de nutrientes y permite cultivar alimentos en lugares con condiciones climáticas adversas o con limitaciones de suelo.
Os invito a que hagáis una pequeña búsqueda por internet e investiguéis sobre este tema, porque descubriréis un nuevo campo con un montón de posibilidades. Un campo que para todas las personas que quieren cultivar sus propios alimentos pero no disponen de un terreno en el que hacerlo a la manera tradicional. O para aquellas que viven en un entorno urbano y disponen de poco espacio: una terraza, un balcón, o una ventana con luz. Todas estas personas podrían encontrar en el cultivo de hortalizas por hidroponía, la solución que la escasez de espacio o de suelo les limita en sus inquietudes en lo que a tener su propio huerto se refiere.
Yo, por fin, me decidí a dar ese paso y aunque no tengo ninguna intención de dejar mi huerto, si quiero profundizar en este sistema de cultivo. Porque desde luego se abren ante mí nuevas experiencias y posibilidades. Pienso en algunas personas que no pueden cultivar de forma tradicional por determinadas limitaciones físicas y con el cultivo hidropónico esas limitaciones no existirían, porque no tendrían que trabajar el terreno, no tendrían que retirar malas hierbas, podrían adaptar la altura del cultivo a sus necesidades, etc. Sin duda son muchas las ventajas y después de todo este tiempo estudiando sobre esta temática, pocos los inconvenientes.
Ahora toca poner en práctica los conocimientos adquiridos durante todo este tiempo y aprender a base de prueba-error más sobre este tipo de cultivo. Puede parecer difícil o fácil, depende para quién, pero desde luego todo método tiene sus peculiaridades y lo que sí espero, es que la experiencia en la huerta tradicional me sirva para adentrarme poco a poco en el mundo hidropónico.
Hasta aquí el post, en posteriores artículos iremos profundizando sobre esta temática y sobre las diferentes técnicas de cultivo hidropónico que podemos realizar y como voy avanzando en mi introducción en este mundo tan apasionante. A continuación os dejo un vídeo en el que podéis ver cómo construí mi primer sistema de cultivo hidropónico, el sistema que utilizo es el de raíz flotante, con parte del material reutilizado. Espero que os ayude y que os sirva como referencia por si queréis iniciaros vosotros también. Un saludo y gracias por vuestro tiempo.
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Foto lechugas: Juanjo Rodríguez