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Si hay alguna planta crasa que llame la atención nada más verla esa es sin duda la Crassula ‘Templo de Buda’. Es pequeña, pero geométricamente perfecta. Es de esas suculentas que apetece tener en la colección para mimarla y disfrutar de su belleza durante mucho tiempo.
Conocerla es una experiencia muy interesante. Pues al tratarse de una planta que podríamos etiquetar como ‘nueva’, todavía hay muchas personas que desconocen su historia. Si tú eres una de ellas, estás en el sitio adecuado.
Crassula cv Templo de Buda es el nombre científico de un cultivar que apareció después de que expertos cruzaran la Crassula pyramidalis con la Crassula perfoliata var. minor. En inglés se la conoce como Crassula ‘Buddha’s Temple’. El motivo es simple: su forma geométrica recuerda mucho a la que tienen los templos budistas.
Sus hojas, que son cuatro -una por cada lado-, parece que se fueron apilando unas sobre otras, logrando así que la planta tenga forma de columna verde cubierta con pelillos muy cortitos de color blanco que alcanza una altura de unos 10-15 centímetros. Una vez alcanza la edad adulta, produce flores en primavera que son pequeñas de color blanco-rosado.
Imagen procedente de Worldofsucculents.com
Si hablamos de sus cuidados, podemos decir que es una planta relativamente fácil de cuidar. Hay que ponerla en una zona soleada, en una maceta rellenada con sustrato de tipo arenoso (como el pómice por ejemplo), y regarla muy poco ya que no tolera el encharcamiento. Lo ideal es regarla una vez por semana en verano y cada 15-20 días el resto del año. Además, es necesario abonarla con un abono para cactus y otras suculentas líquido siguiendo las indicaciones especificadas en el envase durante los meses cálidos del año.
Resiste el frío y las heladas de hasta los -2ºC siempre que sean puntuales y corta duración. En el caso de vivir en una zona más fría debes de resguardarla en el interior de la vivienda, colocándola en una habitación en la que entre mucha luz natural.