En uno de los últimos posts os dejé con las habas y los guisantes en flor, pues os diré que la cosecha ha sido impresionante y eso, que como todos los años, tuvimos la visita del pulgón, que vino con sus primos, vecinos, amigos, y conocidos…
Lo de las habas fue sencillo de solucionar, utilizamos la infusión de ajo y nos fue bastante bien. Lo del guisante fue otro cantar. La verdad es que no lo vi hasta que no quité las plantas y estaba plagado. No sabía que hacer porque además, en ese bancal iba a plantar tomateras y el suelo parecía que se movía de la cantidad de pulgón que había.
Lo único que se me ocurrió fue rociarlo con la maceración de tabaco que suelo tener en el huerto y funcionó. No es el sistema más ecológico que hay, pero para ocasiones “especiales” como esta no me quedó más remedio.
Como podéis ver la cosecha fue estupenda, tanto que en algunos casos no veíamos bien las habas y se nos hacían tan grandes como las de la imagen.
Pudimos repartir con toda la familia, al igual que ocurrió con los guisantes
El año que viene repetiremos