Tiene su origen en el oeste de Estados Unidos y se caracteriza por dos aspectos principalmente: su gran tamaño, que puede llegar a alcanzar los 100 metros de altura y su longevidad, superando los 4000 años de vida.
Su copa es un tanto irregular y depende de la edad de la planta, sus hojas, agudas y verdosas, están dispuestas en espiral y su corteza, gruesa y suave, adquiere un color pardo rojizo.
Necesita estar ubicada en zonas bien iluminadas, pero en verano e invierno debemos protegerlas tanto de las fuertes heladas y viento como del calor intenso.
Estos no requieren de un terreno particular para crecer con normalidad puesto a que les basta con tener un suelo bin drenado y suelo profundo.
El riego debe ser abundante durante la estación de crecimiento y también es favorable que efectuemos una pulverización para humedecer el árbol.
Debe abonarse en periodos de primavera y otoño cada cada 20 días.
En la actualidad se trata del árbol vivo más alto del mundo, pese a que antaño fueron superadas por otros árboles, como por ejemplo los eucaliptos gigantes.
Podemos encontrarlos fácilmente en las zonas centrales de los parque naturales del mundo.
Su madera ha servido de gran utilidad en construcción y ebanistería, gracias a que es duradera, de buena calidad y se maneja fácilmente.
¡Estamos ante el árbol más alto y longevo del mundo! ¿Qué os parece?
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