(Imagen/ Flickr: Diógenes el Pacífico)
Disponer de nuestro propio huerto en casa es todo un privilegio. Puesto que podemos sembrar berenjenas o cualquier verdura, donde serán las protagonistas de éste, así como de numerosos platos que elaboraremos después de haber recogido estos preciados alimentos, frescos y naturales.
Uno de ellos es la berenjena, ya mencionada anteriormente. Es una planta herbácea anual de la familia de las solanáceas. Su fruto, que, según las variedades, es alargado con piel morada o negra, o redondeado con un color blanquecino, lo encontramos en las despensas de todo el mundo.
La berenjena es originaria de India, pasó a Egipto, desde donde se extendería después a España y, desde ahí, por toda Europa y el Mediterráneo.
Las hojas ovaladas son de color verde, y sus flores, que surgen en solitario con forma de estrella, de color blanco o violeta.
Aunque los cuidados que requiere son sencillos, no hemos de despreocuparnos de ella ya que, de lo contrario, no podremos disfrutar de sus frutos.
(Imagen/ Flickr: Vic Lic)
Cómo cultivarla
1. En primer lugar, se plantan las semillas en bandejas, dentro de invernaderos.2. Cuando el ejemplar brota, se trasplanta a una maceta y, una vez que ha crecido lo suficiente, se pasa desde ésta al terreno definitivo en el que se desarrollará.
3. El cambio no se realizará hasta que haya pasado el riesgo de heladas, a finales de primavera, ya que no soportan bien el frío.
4. El suelo donde las trasplantaremos será rico en nutrientes y bien drenado, aunque no deberá ser demasiado ácido (aguanta bien un ph de hasta 7.0) y, por la necesidad de calor, estará situado en un lugar soleado.
5. Para que el sustrato sea completo, es adecuado añadir fertilizante líquido.
6. El vegetal necesita agua para desarrollarse, por eso hemos de regar cuando el terreno esté demasiado seco, pero sin llegar a encharcarlo, ya que no soportaría el exceso de agua. Los riegos deben espaciarse aún más cuando la planta está comenzando a crecer.
- Todos los detalles sobre cómo sembrar semillas de berenjena en este post.
(Imagen/ Flickr: naosuke ii)
Cuidados necesarios
Para obtener unos frutos (bayas) de buen tamaño y sabor, hemos de mantener ciertas atenciones:1. En primer lugar, aplicaremos fertilizantes enriquecidos con nitrógeno, para un óptimo desarrollo. El fósforo será el nutriente necesario durante las primeras etapas de crecimiento, ya que fortalece las raíces.
2. Asimismo, necesita potasio, en especial cuando el fruto está madurando, ya que es uno de los determinantes de su buena calidad, además de reducir el riesgo de enfermedades.
3. Por último, es conveniente añadir al terreno magnesio, que evitará el crecimiento inadecuado y que las hojas se vuelvan amarillas.
4. No es menos importante prestar atención a las plagas. Entre otros insectos, puede aparecer el escarabajo de la patata, y entre los hongos destaca el oídio, que marchitará las hojas y que detectaremos por la capa de polvo blanquecino que cubrirá éstas.
La recolección, en el momento justo
La recogida de los frutos se realizará cuando estén en su punto óptimo de maduración, en el momento en que éstos tengan el tamaño adecuado.Han de permanecer rígidos y brillantes, ya que si adquieren un tono marrón o están blandos, ya no podremos consumirlos, por ser demasiado amargos y tener un exceso de semillas.
Una vez que se han retirado de la planta, almacenaremos las berenjenas como mucho un par de días, ya que no aguantarán más tiempo en óptimas condiciones.
(Imagen/ Flickr: woodleywonderworks)
Sus usos en la cocina son múltiples y están especialmente indicadas en dietas de adelgazamiento, ya que su pulpa consistente produce sensación de saciedad, y aporta muy pocas calorías (29 por cada 100 gr).
Aunque es una hortaliza que encontraremos en todas las fruterías, los platos nos resultarán muchos más sabrosos si su ingrediente principal procede de nuestra propia cosecha.