"Las flores son efímeras, pero siempre queda en el recuerdo". Así comienza la entrevista con Julio Fernández, gerente de la floristería Mayo.
Él nos enseñó que protocolo y amistad no guardan relación y que los tópicos creados en torno a las flores y su lenguaje no son más que premisas que quedan vacías de significado cuando se convierten en un regalo tan personal y exclusivo que sólo quien lo regala y quien lo recibe saben interpretar.
El mejor momento para este obsequio
"En el 99% de los casos podemos regalar las flores, por la sencilla razón de que transmiten sentimientos. Desde lo más elemental, como es dar la bienvenida, hasta felicitarte por un buen trabajo".
Siempre han estado presentes a lo largo de la Historia; por ejemplo, la antigua Grecia y Roma, o Hawaii, donde te reciben con un collar de flores, o el ikebana japonés, a través del cual se pueden llegar a conocer los acontecimientos de una familia: un nacimiento, una boda o un fallecimiento.
"Influyen en el estado de ánimo de las personas y hay estudios e investigaciones que lo certifican", aclara Julio.
Pero los mensajes que envían las flores y los sentimientos que transmiten sus formas y colores son mucho más subjetivos que la simbología que se les intenta imponer. A pesar de que siempre hemos relacionado a la rosa roja con el romanticismo y la pasión y el color blanco con la pureza, el verdadero significado será el que cada persona desee infundirle.
Julio insiste, además, en que "protocolariamente, hay que tener muchísimo cuidado, ya que cada cultura posee su propio lenguaje floral. En Tailandia, por ejemplo, la orquídea se relaciona con los difuntos. En Francia existe la costumbre es entregar ramilletes de trece flores y no una docena como hacemos en España e, incluso, en otros países lo típico son los ramos de 10 unidades.
Un buen consejo: si vas a regalar un ramo a un amigo extranjero, que sea muy variado, con flores de diferentes tipos y colores".
Amistad y protocolo: las cuatro premisas
Por todo esto, Julio Fernández nos insiste en que a la hora de obsequiar flores tenemos que diferenciar estas dos vertientes; "el protocolo es más formal; exige unas premisas muy específicas".
Sin embargo, "la amistad es más libre porque vas a regalar lo que a la otra persona le gusta o bien contiene un mensaje especial".
Pero presentan un rasgo común; los sentimientos, "que siempre se encuentran presentes". Despierta una sonrisa y estos efectos tan positivos son los que se persiguen.
"En protocolo, regalar flores se rige bajo cuatro pautas que debemos tener siempre presentes: que no huelan, no ensucien, no estorben y no sean de colores llamativos".
Estas condiciones se justifican porque "la persona que recibe el ramo puede ser alérgica a la flor o simplemente que no le guste y le desagrade el olor; muchas plantas tienen pétalos que destiñen y no nos gustaría que nuestro detalle ensuciase al homenajeado.
Por otra parte, los colores tienen que ser claros; crema, blanco, naranja pardo, etc. Así conseguimos que no desentone con la ropa. Como no sabemos cómo va a vestir, los tonos pálidos son los más adecuados".
"Si te invitan a cenar a una casa y decides llevar un ramo como agradecimiento, lo más aconsejable es que vaya metido en un jarrón; así, la anfitriona no tendrá que buscar uno para colocarlo".
Nos referimos a la anfitriona porque aunque te haya invitado un hombre, protocolariamente es la mujer quien se encarga de organizar la reunión y es a ella a quien van a ir destinados nuestros agradecimientos.
"Teniendo en cuenta estas reglas", nos explica Julio Fernández, "nunca obsequiarás un centro de mesa, porque de todos esos detalles ya se habrá encargado ella. No conoces la casa, la vajilla ni la mantelería que decorará la mesa; no conoces sus gustos.
Si lo haces, se verá obligada a ponerlo donde tú lo veas. Es importante", aclara Julio, "que envíes el ramo antes de la cena; a ser posible esa misma tarde, siempre dirigido a la anfitriona.
En el caso de que se te haya olvidado o no hayas podido entregarlo antes, envíaselo a casa al día siguiente con una nota de agradecimiento".
Dónde las colocamos
Si decides decorar tu casa con flores, hazlo de forma homogénea; "lo lógico es compaginar toda la estancia con el mismo tipo de flor y colores; combinando éstos con los tonos de la casa. Ubícalas donde no estorben."
Puedes poner sobre la repisa del cuarto de baño un pequeño florero, o en la cocina, que también es un lugar idóneo para tenerlas.
Realmente, cualquier lugar de la casa es bueno; tan solo "tenemos que evitar recargarla, porque mucho volumen acaba por hacer desaparecer el encanto de la flor y puede llegar a convertirse en un elemento cargante dentro de la estancia".
El detalle es lo que más se va a apreciar; de esta manera conservará su esencia y no supondrá una molestia.
A los hombres también les gustan las flores
"La mayoría de los hombres compran flores para regalar y las mujeres para disfrutarlas", pero esto no quita que a ellos también les gusten y sepan apreciar sus cualidades.
Desde el punto de vista protocolario, se les obsequia con composiciones sencillas, estilizadas y menos coloridas; de tonos ocres a marrones; una orquídea, por ejemplo, es el tipo de flor que se le suele regalar a un hombre.
Además, y siguiendo con el protocolo, "no se les regala plantas, sino flores, porque son efímeras". Así, si no han sido de su agrado, podrán deshacerse de ellas en cuanto se marchiten.
Una planta, en cambio, es mucho más resistente, ocupa más espacio y puede llegar a convertirse en un elemento incómodo si no nos ha gustado.
Un recuerdo para siempre
"Cada vez se utiliza menos el tema del simbolismo y se regalan más flores.
El consumo se ha incrementado por las nuevas variedades de flores que la gente empieza a conocer, además del nuevo enfoque que están adquiriendo como obsequios: flores desconocidas, composiciones prácticas y originales, etc. El detalle adquiere protagonismo y te encuentras con cestas acompañadas de peluches, frutas o champán".
"Una investigación llegó a la conclusión de que regalar flores siempre se recibe con una sonrisa y son puestas en lugares de la casa donde puedan verse.
Además, ayudan a romper el hielo con más facilidad que con otros regalos.
Pero la cualidad que más caracteriza a este obsequio es que a pesar de que las flores son perecederas, la gente recuerda quién se las regaló y qué tipo de flores componían el ramo", concluye Julio Fernández.
Y es que las flores son un regalo tan exclusivo, que, cuando se reciben, siempre se acaban guardando en la memoria.
Agradecimientos a Julio Fernández, gerente de Flores Mayo.
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Imágenes/ Flickr: ChodHound, hellolapomme, Kaz Andrew, soundman1024, Raquel Pedrosa, zigazou76