¡Hola amigos! Hoy les quería hablar de un curioso tipo de plantas fruto de la adaptación y la lucha por la supervivencia en medio de la naturaleza. Las hay que crecen en medios acuáticos, en parajes desérticos sin apenas agua, o las que no necesitan mucha incidencia solar; pero de las que quiero hablar hoy son de las que no necesitan el suelo para crecer. Las plantas epífitas.
No necesitan extender sus raíces por el subsuelo, sino más bien utilizarlas como soporte de sujeción para crecer sobre las ramas o troncos de los árboles. Tienen la ventaja de alcanzar mejor los rayos solares, de ahí que sean muy comunes en bosques tropicales. Algunos ejemplos de plantas epífitas son el musgo, los líquenes, algunos helechos y la mayoría de las orquídeas.
Pero, si no se nutren a través de las raíces, ¿cómo lo hacen? Pues bien, la evolución las ha dotado de una serie de singularidades o modificaciones que las permite almacenar agua y minerales. Una de las modificaciones morfológicas está en la estructura de sus hojas, dispuestas como rosetas en cuyo centro se va almacenando el agua. Esto es lo que sucede con las bromelias, orquídeas, y algunos helechos.
No solo les sirve para captar y almacenar el agua, sino que también disponen de ciertos tejidos celulares que regulan la utilización de ese agua, la retienen, o pueden evitar que se pierda o evapore.
Otra habilidad que tienen algunas plantas de este tipo es que absorben, vía paredes celulares, el nitrógeno que necesitan producido por los desechos de los insectos que se alojan en las diminutas cavidades que tienen en sus tallos y hojas.
Según la revista de cultura científica Ciencias, las plantas epífitas tienen gran importancia en los ecosistemas porque, como crecen en vertical, dan nichos y recursos que otros grupos animales pueden aprovechar. Dicho de otro modo: si las hormigas, los anfibios o las aves pudieran hablar, darían un encarecido gracias a este tipo de plantas.
Diferencias con otros tipos de plantas
Plantas epífitas vs. plantas parásitas
Aunque ambas se alojan en otra planta, las parásitas se alimentan de los nutrientes de su huésped, perjudicándolo. En el caso de las epífitas, no hay perjuicio alguno. Un ejemplo de planta parásita es el muérdago; puede que se vea muy bonito en Navidad y sea el agente del amor, pero muy amable con sus huéspedes no es. El gordolobo es otro ejemplo de planta parásita.Plantas epífitas vs. plantas trepadoras
Mientras que a las epífitas a veces se las llama ''plantas aéreas'', las trepadoras tienen su forma de desarrollarse empezando en la tierra. Las epífitas se ubican desde el principio en el huésped, mientras que las trepadoras comienzan a crecer en la tierra y luego se pasan a un árbol en búsqueda de luz y huyendo de la humedad del suelo y de los depredadores.Algunos ejemplos de plantas trepadoras son la buganvilla, la madreselva o la glicinia.
¿Conocíais estas plantas? ¿Tenéis alguna planta de este tipo?
Fuentes: Muyinteresante.es / http://www.ejournal.unam.mx
Revista Ciencias / https://www.revistaciencias.unam.mx/en/
Ecología Verde / https://www.ecologiaverde.com/