El huerto urbano desde cero
Una vez hemos decidido tener nuestro propio huerto urbano, desde Vivienda Saludable vamos a explicar qué pasos hay que dar para ponerlo en marcha.
- La mesa de cultivo. Si no tenemos un jardín donde ubicarlo, entonces tendremos que recurrir a una mesa de cultivo. Es, como su nombre indica, una mesa con soportes de madera o metal que cuenta con todo lo necesario para poder disponer de nuestras propias plantaciones sin necesidad de tener un gran espacio destinado a este fin. Así, lo primero que tenemos que hacer es medir el espacio que disponemos y comprar una mesa que se ajuste a nuestras necesidades, teniendo siempre en cuenta que es mejor elegir la zona más soleada que tengamos. Hay mesas de distintas formas y con diferentes alturas y dimensiones. La más habitual es la que tiene un alto de entre 80 cm y 85 cm para poder trabajar cómodamente de pie, aunque si tenemos pensado cultivar tomates -que alcanzan cierta altura- entonces será más cómodo elegir una mesa más baja.
- Tierra. Hay que elegirla bien, porque de ella dependerá en buena parte el éxito de nuestra cosecha. Debe ser tierra suelta, que pueda retener la humedad y que tenga nutrientes para alimentar las raíces de nuestras plantas. Asimismo, hay que comprar tanto sustrato para huertos urbanos, ya que están especialmente formulados para esta actividad y son ricos en abono, como fertilizantes. Otra opción es utilizar compost, que es de origen cien por cien orgánico.
- Semillas o plantas. Es la hora de sembrar, y para ello recurriremos a pequeñas plantas o directamente a las semillas que encontraremos en cualquier centro de jardinería o vivero.
- Utensilios para regar. Una manguera, una regadera, un sistema automático de riego por goteo... Podemos elegir el sistema que más nos guste, siempre y cuando lo utilicemos correctamente, porque el riego es una de las acciones más sensibles en la actividad de nuestro huerto. Cabe recordar que el exceso o el defecto de agua pueden arruinar nuestra cosecha.
- Herramientas. Para facilitar nuestras tareas se hace imprescindible el uso de algunas herramientas básicas y otros complementos: guantes de jardinería, tijeras de podar, rastrillo, plantador metálico, pala pequeña, azuela, planta bulbos, etc.
Los mejores cultivos para el huerto urbano
Es evidente que, si somos primerizos, lo más aconsejable es que empecemos por cultivos fáciles, resistentes, que no tengan propensión a sufrir el ataque de plagas y que sean de crecimiento de ciclo corto. De esta forma seguro que tenemos éxito prácticamente inmediato, lo que nos animará a seguir prosperando y probar con cultivos algo más complejos. Así, aconsejamos comenzar con las siguientes plantas.
- Lechuga. Es uno de los cultivos más fáciles y agradecidos que hay porque aguanta bien en cualquier zona, incluso aunque no reciba los rayos del sol (eso sí, no le gustan las altas temperaturas). El proceso es el siguiente: plantamos las semillas en pequeñas macetas o recipientes de yogur y, cuando hayan crecido unos centímetros, las trasplantamos a la mesa-huerto. La lechuga necesita un suelo suelto para que tenga un buen drenaje y rico en nutrientes. A la hora de trasplantarlas, es conveniente separar las lechugas entre sí por unos 20 centímetros y disponerlas en triángulos para que tengan espacio suficiente y puedan crecer bien. Necesita riegos muy frecuentes para tener la tierra húmeda pero sin llegar a encharcarla. Siguiendo estos pasos, en 35 días disfrutaremos de deliciosas ensaladas con lechugas de nuestra cosecha.
- Ajo. Aunque se da mejor en el invierno, cualquier época del año es propicia para plantar ajos. ¿Cómo se cultivan? Tan fácil como plantar un diente de ajo bajo la tierra, regar y esperar.
- Cebolla. Es una planta que también suele prosperar en los huertos urbanos y mesas de cultivo. Lo ideal, al igual que le lechuga, es que se haga mediante trasplante. Una vez la tenemos en la mesa de cultivo, es importante que reciba sol, que tenga un suelo rico en materia orgánica y que sea suelto. El primer riego se debe hacer inmediatamente después de plantar, y después cada 15 días.
- Cebollino. Resiste muy bien las heladas y se adapta a un rango extenso de temperaturas, de 10ºC a 45ºC. Es poco exigente con los suelos, siempre y cuando se mantengan húmedos, por lo que debemos tener especial cuidado en proveerle de un riego frecuente.
- Tomates cherry. Los tomates son los reyes del huerto, sin duda, pero para empezar se recomienda apostar por la familia de los pequeños tomates cherry, ya que es más fácil que estos salgan adelante. Tienen una gran resistencia y suelen fructificar cuando se cultivan en maceta. Además, tienen la ventaja de que cada planta da muchísimos frutos.
- Aromáticas. El perejil, la hierbabuena y el romero son tres plantas muy sencillas de cultivar que aromatizan tanto el rincón verde como las recetas de cocina. El perejil necesita poco riego y se adapta bien a todos los suelos, aunque conviene que estos cuenten con sustrato rico en materia orgánica descompuesta. La hierbabuena requiere de riegos ligeros y diarios, y se puede plantar en macetas de menos de diez centímetros de diámetro. El romero, por su parte, es muy resistente a todas las temperaturas, por lo que también se recomienda para inexpertos.
¿Te animas a organizar tu huerto urbano? ¡Es una experiencia muy gratificante! Más consejos, próximamente, en nuestro blog de Vivienda Saludable.
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