Las secuoyas son un tipo de árbol que se encuentra principalmente en la Costa Pacífica de América, aunque se pueden encontrar cada vez más en parques y montañas de otros continentes. Pueden alcanzar los 115 metros de altura y un diámetro máximo en su base de casi 8 metros, lo que la convierte en uno de árboles más grandes del mundo. También es de los más longevos, ya pueden llegar a vivir hasta 3000 años! Las que se encuentran en Cantabria no alcanzan esas tallas pero no por ello son menos impresionantes.
Muy cerca de Cabezón de la Sal, se encuentra este espacio protegido, declarado Monumento Natural desde 2003. El camino arranca de una carretera comarcal, junto a la que han habilitado un pequeño espacio para dejar el coche. Accediendo por una pasarela de madera, empiezas a adentrarte en la parte alta del bosque. A medida que desciendes, puedes ver como se cruzan los diferentes verdes de las hojas con las ramas bajas de los troncos, totalmente horizontales y rectas como si de flechas clavadas se tratara. Al terminar de recorrer el puente de madera, comienza un camino que te lleva a la parte más baja de este bosque, y es aquí donde puedes admirar la grandeza de las secuoyas, algunas de hasta 36 metros de altura, que apenas dejan pasar los rayos del sol.
El silencio que impera todo el espacio y la pureza del aire que se respira, te impide pensar en cualquier otra cosa que no sea el "aquí y ahora". Es de estos lugares en los que te gustaría perderte en determinados momentos de tu vida, para renovar energías y llenarte de la calma que tanto falta en la ciudad.
Conocéis algún sitio como este? Podéis compartirlos dejando un comentario ;)
Un besazo!
Fotos: Sara González Carrasco