El género Sedum (familia Crassulaceae) cuenta con más de 300 especies de plantas suculentas herbáceas muy variables que habitan principalmente en zonas frescas del planeta (áreas templadas); existen especies originarias de los trópicos. Aun así, decenas o cientos de especies se adaptan perfectamente a crecer en climas tropicales y subtropicales siendo muy comunes en colecciones de todo el mundo. Estas plantas se utilizan principalmente para la decoración de jardines xerófitos o para el cultivo en macetas. Algunas especies son ideales como plantas coberteras que logran invadir espacios vacíos en jardines en poco tiempo.
Especie del género Sedum con un follaje muy compacto
En este post queremos brindarles los cuidados esenciales de este género de plantas para mantenerlas siempre vigorosas y hermosas.
Consejos para el cultivo de plantas suculentas del género Sedum
Iluminación:
Todas las especies de este género requieren de mucha iluminación para crecer compactas y florecer en su máximo esplendor. Aun así, es importante que el follaje no reciba el sol intenso del mediodía porque puede sufrir quemaduras irreversibles. Se recomienda cultivar estas plantas a semisombra pero que reciban al menos el sol de primeras horas de la mañana y finales de la tarde.
Temperatura:
El rango de temperaturas ideal para la mayoría de las especies se encuentra entre los 8ºC-26ºC. Muchas especies habitan en zonas templadas y por esto son capaces de sobrevivir cuando las temperaturas son muy bajas. En algunos casos, las heladas provocan la seca de las zonas verdes de algunas especies que vuelve a brotar cuando termina el invierno.
Sustrato:
Prefieren un sustrato pobre en materia orgánica con un drenaje rápido del agua. Algunas especies crecen de forma natural entre grietas de rocas con muy poco sustrato. Se puede utilizar un sustrato comercial para plantas crasas con un agrego de arena gruesa.
Humedad:
En este grupo de plantas no es un aspecto de gran importancia porque sobreviven tanto en ambientes húmedos como secos.
Frecuencia de riego:
Son bastante resistentes a la falta de agua tolerando un riego semanal o cada 10 días durante las estaciones más cálidas del año y una mensual durante el invierno. No regar si las temperaturas disminuyen de los 8ºC.
Plagas y enfermedades:
Las plagas que más daño hacen a estas plantas son las cochinillas y principalmente la algodonosa. Además, pueden ser afectadas por diversos moluscos (caracoles y babosas), ácaros y hongos patógenos.
Multiplicación:
Se propagan principalmente por esquejes de tallos e incluso por esquejes de hojas en algunas especies.
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