¿Cómo cultivar rosales? Esa es la interrogante que descifraremos en el presente artículo. Muchas de las claves han sido extraídas de este interesante artículo de un portal especializado en el cuidado de las rosas.
¿Cómo cultivar rosales?
Lo primero es conocer que existen numerosos tipos de rosas, que varían en enredaderas, en híbridas, color, etc., y que por tanto, amén de las bases que la sostienen como especie, existen particularidades para cada una, así como diversos grados de complejidad en su cultivo.
Si tienes un jardín y deseas incluir rosales en él debes asegurarte que posees una tierra bien nutrida para ello, y que tus mascotas no estropearán la postura que sembrarás.
El rosal debe plantarse en un agujero de cerca de 60 cm. de profundidad y de anchura, para prever que la mata tenga suficiente espacio para echar sus raíces. Una vez colocada la bolsa aplica en la tierra circundante materia orgánica o harina de hueso a la tierra. En caso de que vayas a sembrar la planta con la raíz desnuda procura formar un cono de tierra en el agujero para facilitar el crecimiento de las raíces hacia la profundidad.
Claves del cultivo
A la hora de cultivar plantas es importante que recuerdes que es la tierra su principal fuente de alimentación, por tanto, es preciso que siembres las rosas en tierra neutra o ligeramente ácida, con abundante materia orgánica y buen drenaje. Si la tierra de tu jardín es ácida en extremo, y desea que tus plantas crezcan saludables no olvides tratarla con cal, con bastante antelación a la siembra.
Por otro lado, si en esa zona del jardín ha habido rosas antes, intenta plantar en otra parte en la que nunca hayas cultivado esas plantas, porque es probable que la tierra haya dejado de ser adecuada para los rosales.
Al igual que las demás plantas, las rosas necesitan espacio. Por tal motivo, cuidarás de no sembrarlas demasiado juntas, si piensas cultivar varias, o muy cerca de un muro o debajo de un árbol.
Riegos de los rosales
Es preferible también que riegues los rosales en la mañana pues el sol a esas horas seca con mayor rapidez la humedad. Asimismo, el sol de la mañana quema menos a la planta recién sembrada.
Se recomienda regar las rosas dos veces a la semana, nunca cuando el calor y el sol sean muy fuertes pues el agua puede evaporarse antes de que la planta la absorba, y jamás al anochecer, pues debido a la humedad puede proliferar el moho.
Poda de los rosales
Las rosas deben podarse no solo para, poco a poco, darles la forma que nos gustaría lucieran en nuestro jardín, sino para que crezca mejor al retirar tallos muertos, dañados o débiles, y para que la planta reciba más aire y luz solar.
Sin embargo, en este punto debes evitar podarlas cuando se acerquen climas fríos o templados. Esto afectaría al rosal si se produce una helada fuerte pues podrían morir las partes en crecimiento, y, peor aún, la planta completa.
Enfermedades que pueden sufrir los rosales
Los rosales son propensos a pulgones, piojos de plantas u orugas. Una buena forma de enfrentar estas plagas comunes para esa especie es sembrar ajo mezclado con las rosas. Cuando adviertas los primeros síntomas aplica de inmediato el tratamiento pues los pulgones absorben la savia de los brotes nuevos, capullos y hojas.
Asimismo, las rosas sufren de hongos durante el verano o la primavera. En caso de que esto haya ocurrido en tu jardín es recomendable realizar la pulverización de un producto que elimine la antracnosis o las esporas de moho que hayan sobrevivido.
Para evitar la proliferación de hongos procura que no queden encima de los rosales o alrededor de ellos, hojas de la estación anterior. Estas podrían albergar enfermedades y diseminar esporas. No las emplees como abono orgánico.
Por otra parte, los rosales deben recibir el abono cuando empiece el crecimiento propio de primavera. Nunca emplees demasiado nitrógeno porque de un crecimiento rápido y abundante podría resultar una invasión de pulgones.
La cáscara de plátano o banana aporta a los rosales suficiente fósforo para una abundante floración. Se recomienda enterrar debajo del follaje de las rosas dos a tres cáscaras semanalmente.
Por su parte, la alfalfa brinda a las rosas nitrógeno, calcio, hierro, fósforo y otros nutrientes. En este caso, se puede introducir harina o pellets de alfalfa en el suelo de los rosales. La dosis son: una taza para un arbusto grande, y media taza para los rosales miniaturas.