Sin embargo, debemos ser conscientes sobre las enfermedades del césped y la falta de atención puede perjudicar a nuestro prado: cualquier anomalía climática puede resultar fatal. Por ello, es necesario que seamos previsores y revisemos su estado con frecuencia. Lo mejor, sin duda alguna, es anticiparnos al problema poniendo en práctica una serie de consejos.
Cómo prevenir las enfermedades del césped
Es conveniente regar el césped por la mañana, lo más temprano posible, evitando hacerlo los días con mucho aire para esparcir bien el agua. A la hora de cortarlo, debemos ajustarnos a su tipología y hacerlo únicamente cuando esté seco. Airear con frecuencia el prado aumenta su oxígeno y permite a las raíces disponer de más nutrientes.Es indispensable mantenerlo lo más limpio posible: retirar hojas caídas, ramas, restos de podas, etc. Se recomienda no plantar demasiados árboles y arbustos, ya que restan luz solar y crean zonas sombrías permanentes. Durante la primavera, evita la aplicación excesiva de fertilizantes nitrogenados. Es aconsejable revisar con frecuencia el filo de nuestra cortadora para lograr una buena poda. El césped joven es más propenso a la infección de hongos: mímalo mucho los dos primeros años.
Los temidos hongos
En el caso de que no hayamos seguido las indicaciones anteriores, nuestro prado puede enfermar. Lo primero que hará será mostrar una serie de síntomas que nos ayudarán a saber qué tipo de infección padece. Conocerla es vital para aplicar un remedio a base de fungicidas. A continuación te indicamos los hongos más comunes:Mancha de dólar: suele presentarse entre mayo y septiembre. Los síntomas son unas pequeñas manchas cobrizas, del tamaño de una moneda, que se agrupan y forman una más grande. La hoja permanece verde en la zona alta y baja, pero se seca por la mitad. Por suerte, el daño que produce no es permanente.
Rizoctonia: frecuente entre julio y octubre. Se trata de un hongo que se desarrolla muy bien con el calor y la humedad. El síntoma principal que muestra el césped son unos anillos de color verde oscuro que oscilan entre los 10 cm. y los 40 cm. A lo largo del día, el interior va adquiriendo un tono marrón.
Pitium: presente de junio a septiembre. Puede afectar a céspedes recién plantados, provocando grandes manchas oscuras que matan a las plántulas. En prados ya consolidados, las zonas enfermas muestran un color naranja que se va extendiendo y secando otras zonas sanas. Surge en terrenos con mal drenaje, húmedos y cálidos.
Moho lamoso: habitual entre junio y noviembre. Se manifiesta con parches grisáceos de pequeño tamaño que dificultan el crecimiento de la hoja. Es fácil de retirar con un rastrillo.
Marchitez de fusarium: propio de meses cálidos. Es uno de los hongos más frecuentes y peligrosos debido a su rápida expansión. Su síntoma principal es la aparición de 'ojos de rana', es decir, zonas circulares de color pardo con hojas aún verdes en el centro. Muy amigo de las altas temperaturas y la humedad, conviene aplacarlo de inmediato con fungicidas.
Fusariosis fría: aparece normalmente entre enero y abril. La enfermedad se reproduce en céspedes sometidos a frío intenso, especialmente aquellos cubiertos de nieve. Al igual que los anteriores, se presenta en forma de manchas, en este caso blanquecinas con bordes rosados.
Antracnosis: de común aparición entre abril y noviembre, es uno de los hongos más agresivos. Se desarrolla con facilidad y puede secar todo nuestro prado. Cuando ataca, pueden observarse parches cobrizos sin forma determinada avanzando diariamente.
Hilo rojo: puede afectar al césped durante todo el año, especialmente en épocas de fuertes lluvias. Sus síntomas son muy similares a la 'mancha de dólar', pero en este caso el tono es mucho más rojizo. Seca todas las hojas que infecta, y se propaga rápidamente.
!Acaba con ellos!
Para poner fin al problema de los hongos, lo mejor es que acudas a tu vivero con una muestra del césped afectado, y localices el fungicida más adecuado. Empresas como Massó, Compo, Bayer o Cerexagri tienen en sus catálogos distintas variantes que podrás adquirir para frenar en seco cualquiera de las enfermedades antes mencionadas.Una vez esté esparcido el fungicida, no se debe regar el prado hasta pasados tres días. De este modo evitamos que se diluya con el agua y pierda su efecto. A la hora de podarlo, es bueno dejar el corte más alto que de costumbre; la planta lo agradecerá y será más fuerte a la hora de combatir la afección. También es conveniente esparcir el producto por la hoja del cortacésped para evitar la propagación del hongo por zonas sanas.