Para evitar resultados negativos de ponerle agua a tus plantas es recomendable conocer la cantidad exacta que éstas requieren, así como el momento y el lugar más adecuado para realizar esta vital labor.
Periodicidad del riego
Cada ejemplar, dependiendo del tipo que sea, necesita una mayor o menor cantidad de agua, por lo que conviene informarse en el lugar de compra para saber cada cuántos días hay que realizar esta tarea y cuánta cantidad hay que suministrar.No es conveniente regar las plantas de manera automática cada cierto tiempo, sino que antes de hacerlo, es conveniente revisar el estado de la tierra y comprobar si ésta se encuentra más o menos húmeda.
En caso de que conserve un pequeño grado de humedad, no hay que excederse en el riego, ya que esto puede ocasionar problemas en la salud de la planta.
Lo óptimo es suministrar el agua necesaria y no volver a hacerlo hasta que la tierra esté seca, ya que hacerlo de un modo frecuente y en pequeñas cantidades es perjudicial.
No obstante, existen unas reglas generales que cabe conocer sobre la cantidad necesaria. Así, es recomendable regar más a menudo las plantas jóvenes o en fase de crecimiento, las delicadas y de hojas pequeñas y aquellas que estén situadas en algún lugar cálido de la casa, como cerca de una ventana.
Asimismo, es conveniente suministrar más agua a las plantas durante el verano. Por el contrario, necesitan menos líquido aquellas que no posean flores y que tengan hojas fuertes y gruesas, así como las que se encuentren plantadas en tierra que conserve bien la humedad.
Cuándo regar
El mejor momento del día para regar es la mañana, con el fin de que cuenten con el resto del día para absorberla. Si el riego se realiza durante la noche, es posible que la planta se encuentre demasiado tiempo con exceso de humedad debido a la falta de movimiento.Asimismo, si el ejemplar se encuentra en un lugar muy caluroso del hogar, conviene vigilar que las hojas se encuentren húmedas durante la mañana. Sin embargo, cuando se pulverice por la noche, no es adecuado dejar el agua sobre el follaje mucho tiempo, ya que puede dar lugar a hongos.
El método más adecuado
Las plantas que se encuentran en macetas se pueden regar de dos formas distintas. La primera de ellas consiste en suministrar el agua sobre la superficie de la tierra, mientras que la segunda es colocar la maceta sobre un plato que contenga agua.La mayoría de los expertos coinciden en señalar que la mejor forma de proceder al regado consiste en ir vertiendo agua por la superficie de la maceta, en forma de lluvia.
El agua que la planta no necesite quedará en el plato colocado bajo la maceta. Es conveniente retirar estos restos antes de que haya transcurrido una hora del regado, ya que en ese periodo el ejemplar habrá podido absorber el agua que haya necesitado.
Por otro lado, hay que tener en cuenta la importancia de pulverizar las hojas, para refrescarla. Durante el invierno esta tarea debería ser prácticamente diaria, para evitar el daño que la calefacción puede hacer a las plantas y para regar con menor frecuencia.
Para llevar a cabo esta operación, conviene utilizar agua a temperatura ambiente procedente del grifo, aunque conviene dejarla reposar durante un día para que se evapore el cloro que pueda contener.