El pH del suelo es un parámetro muy interesante para saber qué podemos plantar o, directamente, si podemos plantar.
El índice de acidez o alcalinidad es sumamente importante ya que condiciona la microbiología del suelo y hasta la solubilidad de los nutrientes.
Existen plantas adaptadas a entornos calizos y pH alcalino, y otras que necesitan zonas ligeramente ácidas para desarrollar todo su potencial. Sin embargo, una planta tiene mayor capacidad de prosperar en entornos ligeramente ácidos aun estando acostumbrada a zonas alcalinas que viceversa.
Para medir el pH de un suelo no hace falta instrumentos de alto coste, salvo que necesitemos muchísima fiabilidad. Una simple tira de pH de piscina las cuales son sumamente baratas y nos permiten salir de dudas.
En este artículo te contamos cómo saber el pH de la tierra sin mucha parafernalia.
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Cómo medir y saber el pH de un suelo
Si dispones de un pH-metro(lector de pH), estás de enhorabuena, ya que vas a obtener un rango muy preciso, incluso con decimales, del pH del suelo.Sin embargo, si eres nuevo en el sector de la agricultura, una simple kit de tiras de pH es suficiente para tener un rango de 0 a 14 y hacerte una idea de cuál es la situación de tu suelo.
Como las tiras de pH y el pH-metro solo leen líquidos o soluciones parcialmente líquidas, es necesario preparar la muestra de suelo previamente.
Te contamos todo.
Instrumental necesario
En general, tienes 2 opciones, la primera más fiable y la 2ª más de andar por casa, pero interesante llegado el caso.pH-Metro
Mediante un lector digital nos va a decir, con alto grado de precisión, el valor de pH, con 1 o 2 decimales.
Lógicamente, cuanto más invirtamos en el aparato, más fiabilidad y durabilidad nos proporcionará. En tiendas online encontramos opciones muy económicas.
Como truco, para comprobar que el aparato mide como corresponde, haz una medición inicial al agua destilada (pH 7) para comprobar que esté todo bien.
Tiras de pH
Mediante comparativa de colores según una escala cromática, vamos a conocer el valor sin aproximado y subjetivo del pH del suelo.
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Paso a paso medición del pH del suelo
Paso 1: muestra representativa de suelo
En cualquier tipo de suelo existen zonas con cambios notables en el rango de pH. Por ello, se suelen recoger varias muestras aleatorias de la superficie de terreno que queramos medir. Así, tendremos una representación fiel.No es necesario coger mucha muestra, ya que con 50-100 gramos será más que suficiente.
Paso 2: hidratar la mezcla de suelo
Como necesitamos hidratar el suelo para que se forme una pasta fácil de medir con el aparato, vamos a aportar agua destilada a la mezcla.Añadiremos 2,5 veces más cantidad de agua destilada que la muestra de suelo.
En este caso, como hemos hablado de una muestra de 100 gramos, aportaremos 250 ml de agua.
Es muy importante que sea agua destilada, a pH 7, ya que si usamos agua de grifo vamos a obtener un resultado irreal y la muestra se va a alterar.
Agitaremos bien la mezcla hasta formar una pasta, dejándola reposar durante 10 minutos aproximadamente.
Paso 3: medir el pH del líquido sobrenadante
Como hemos utilizado una cantidad mayor de agua, quedará un líquido sobrenadante de la mezcla con restos de tierra, a partir del cual podremos medir con nuestro pH-metro o con las famosas tiras de pH anteriormente mencionadas.Una vez sabes el pH de la tierra, comprueba la información que a continuación te mostramos para saber cuál es la situación de tu suelo.
Clasificación de un suelo por su pH
Vamos a establecer una clasificación completa del suelo en función del rango de pH que tenga.pH < a 4,5: extremadamente ácido, pocas especies vegetales prosperan en este tipo de suelo.
pH 4,5- 5: fuertemente ácido, existiendo riesgo de fitotoxicidad por alta presencia del metal aluminio.
pH 5,1 a 5,5: notablemente ácido con posibles carencias minerales de Ca, K, Mg, N, P, Mo, etc. y un exceso de Cu, Fe, Mn, Zn y Co.
pH 5,6 a 6: medianamente ácido, siendo un suelo adecuado para la mayoría de los cultivos.
pH 6,1 a 6,6: ligeramente ácido, albergando el rango de máxima disponibilidad de nutrientes.
pH 6,6 a 7,3: considerado como neutro y habitable para todas las plantas, sin riesgos de fitotoxicidad.
pH 7,4 a 7,8: medianamente alcalino, con presencia libre de carbonato cálcico en el suelo.
pH 7,9 a 8,4: considerado como suelo básico y alteraciones en la asimilación de minerales como P y B, además de una deficiencia creciente de Cu, Fe, Mn, Zn. Co,especialmente el hierro.
pH 8,5 a 9: suelo alcalino con graves problemas de clorosis férrica.
pH 9,1 a 10: muy alcalino y alta presencia de carbonato sódico que reduce la productividad de los cultivos.
pH > 10: fuertemente alcalino con alto porcentaje de sodio intercambiable. La actividad microbiana es escasa y hay poca disponibilidad de micronutrientes, salvo molibdeno. Si tuviésemos capacidad para elegir el mejor rango de pH, sin duda escogeríamos el ligeramente ácido, con un pH entre 5,5-6,5.
El pH y la solubilidad de los nutrientes
Un condicionante muy importante del pH en un suelo es la disponibilidad de los nutrientes. Es decir, que haya presencia de un elemento, como por ejemplo el hierro, no quiere decir que sea directamente asimilable por las plantas.Para el caso, el hierro en pH de suelo ácido se encuentra en estado de valencia 2, Fe (II), directamente asimilable por la planta, por lo que es muy raro que se produce clorosis férrica en el cultivo.
Sin embargo, a pH alcalino, por encima de 7,5 la forma predominante de hierro es la valencia 3, Fe (III) indisponible para las plantas.
Está, pero no se puede asimilar. De ahí que en este tipo de pH se utilicen formas de quelato, que mantienen protegido el hierro en forma Fe (II) hasta su liberación.
Para saber el comportamiento de los nutrientes en función del rango de pH, que mejor que consultar esta imagen clara y concisa, donde explica cómo se comporta cada elemento. Cuando la barra está en su mayor grosor quiere decir que la asimilación es máxima. En cambio, cuando decrece, se reduce su disponibilidad para la planta.
En función del pH de tu suelo y el nutriente o micronutriente interesado en aportarlo, valora si es necesario utilizar complejos o quelatos para reducir las pérdidas por precipitación.
Un suelo con un pH de 8 es poco probable que pueda asimilar el hierro que contiene el suelo. Todos los aportes de este micronutriente deben ir protegidos en forma de quelato, preferentemente con el agente EDDHA (amplio rango de estabilidad a diferentes pH).
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