Xerojardinería, jardines de bajo mantenimiento, especies autóctonas, sostenibilidad... Seguro que alguna vez has oído hablar de todos estos conceptos que se van abriendo camino en el mundo de la jardinería. Y es que el cambio climático nos ha empujado a tomar conciencia de nuestro entorno para protegerlo desde nuestra posición personal. Así, debemos empezar por el jardín de casa para poner en práctica estas corrientes que tienen como principales objetivos cuidar del medio ambiente, evitar el despilfarro de los recursos naturales y reducir el calentamiento global.
Claves para tener un jardín sostenible
- Apuesta por especies autóctonas , es decir, que se desarrollan en tu zona geográfica, ya que se adaptan solas al clima que corresponde a cada estación del año. De esta forma, los rendimientos de tu jardín sostenible van a ser mucho más eficientes, productivos y, por supuesto, naturales.
- La idea es crear un jardín que se mantenga autónomamente con especies xerófilas (plantas que se adaptan a vivir con poca agua) y una plantación que se oriente al aumento de la humedad en el jardín para tener que regar menos.
- Crea un suelo rico en nutrientes gracias a materia orgánica como el compost casero, el estiércol, turba, abonos verdes, etc.
- Elige plantas que sean resistentes a las plagas, de esta manera no te verás obligado a combatirlas constantemente para que crezcan sanas y fuertes.
- No utilices pesticidas químicos contra los animales, insectos o plagas. Hay otros métodos más ecológicos para combatirlos, como las barreras biológicas o físicas (bicarbonato, repelentes hechos con productos caseros, chorros de agua, trampas de cebo, mallas para cubrir frutales, espantapájaros...).
- Asimismo, un punto importante en los jardines y huertos sostenibles es la no utilización de fertilizantes químicos. ¿Sabías que los alimentos que se cultivan en los huertos orgánicos siguiendo este método tienen más vitaminas y minerales porque la tierra donde han crecido es más sana?
- Las grandes extensiones de césped no son la mejor opción si quieres tener un jardín sostenible ya que requieren de una gran cantidad de agua para subsistir. Si sientes un deseo irrefrenable de tener césped, puedes reducir el tamaño del área cultivada y aprovechar otro espacio de terreno para poner un huerto, una rocalla, arbustos, frutales, etc.
- En lugar de césped puedes poner una pradera donde mezcles, por ejemplo, gramíneas -que necesitan poca agua- con dichondras, bellis y tréboles enanos. Esta combinación te puede hacer ahorrar más del 50% de agua respecto a una pradera tradicional.
- En cuanto al riego, si tu superficie verde es pequeña, utiliza las regaderas de toda la vida, aunque hay opciones más modernas y eficientes, como las macetas de autorriego o el goteo localizado, es decir, que ofrece a cada planta el agua que necesita. Si, por el contrario, tienes un jardín grande, entonces puedes recurrir al método de aspersión o dispersión, mucho mejor si funciona a través de energía solar.
Sobre todo, no tengas prisa, un jardín sostenible requiere paciencia. Hay que planearlo, elegir las mejores especies, combinarlas bien y dejar que el paso del tiempo vaya ordenando todo de una manera equilibrada. Si lo haces bien, tendrás un jardín que apenas necesitará riego ni poda.
En los últimos años se está hablando cada vez más del concepto conciencia en jardinería, algo por lo que todos nos deberíamos preocupar por ponerla en práctica para combatir la escasez de agua y otros recursos naturales. ¡Más información, muy pronto en nuestro blog de Vivienda Saludable!
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