Las bayas aportan color y vida al jardín en esta época del año.
Los colores del jardín nos lo dan las bayas y las coníferas con sus piñas, sobre todo los cedros y abetos que son los que aportan follaje y verdor.
Los pinos son uno de los pocos árboles que exhiben su follaje en invierno.
Es conveniente adelantarnos al frío que pueda llegar a venir y proteger a nuestras plantas de heladas, nieve o granizo. Para ello podemos utilizar elementos cónicos o envases de agua mineral de 5 o más litros para colocar por encima de las plantas y también telas o plásticos para extender por encima de ellas.
Si nevara tendríamos que sacudir las ramas de los árboles para que no acumularan peso y pudieran quebrarse.
Aquellas plantas que se encuentran en invernaderos conviene ventilarlas durante las horas de sol para evitar el exceso de humedad que puede producir hongos y pudrición.
Si el césped está muy tupido podemos aclarar y transplantar para cubrir calvas en otros sitios.
Si el césped tuviese escarcha evitaremos caminar por encima para no estropearlo y lo regaremos superficialmente para fundirla. Si durante el verano se formó un manto muy denso de césped, podemos aclarar y entresacar plantas y transplantarlas en otros sitios donde haga falta. Con estos sobrantes o con tepes comprados podemos cubrir las partes calvas ya que las semillas tardarían mucho en germinar.
En cuanto ya no tengan más hojas por dejar caer, es buen momento para comenzar a plantar árboles caducifolios a raíz desnuda en hoyos lo suficientemente grandes y rellenos con sustrato orgánico, sin olvidarnos de ponerle un tutor al que se unirá a través de una cuerda flexible de cuero o goma.
Con los rosales procederemos de forma similar aunque sin tutor y dejando la zona del injerto a medio tapar. Comprar árboles y rosales a raíz desnuda es más económico.
Aprovecharemos las hojas secas para hacer un acolchado protector de nuestras plantas.
A las gardenias, hortensias, azaleas, camelias, brezos y rododendros es conveniente aplicarles abono y aprovechar las hojas secas caídas de los árboles para preparar un buen acolchado para proteger a todas las plantas.
Brezos, coníferas, azaleas y crisantemos son algunas de las plantas que alegrarán el jardín en diciembre.
Las flores que nos alegran durante estas fechas son la Erica carnea, Camellia sasanqua, Viburnum tinus, Galanto o Campanilla de las nieves y algunos narcisos.
Los frutos rojos del escaramujo o rosa silvestre (Rosa canina) iluminan los días grises y cortos pero son las bayas rojas del acebo y las blancas del muérdago las que nos anuncian que pronto será Navidad.
En este mes se plantan las vivaces de floración escalonada: arábides, canastillo de oro, cerastium, claveles y ásteres.
También es buen momento para transplantar toda aquella planta que requiera una maceta más grande o aquellos ejemplares que hayan crecido espontáneamente por dispersión de semillas y nos interese transplantarlos a maceta. El invierno es una etapa de poca actividad vegetativa y por eso se pueden manipular especies muy sensibles al transplante como lo es la Mimosa pudica que cierra sus hojas ante el mínimo roce.
Un parterre formado por coles de jardín, una planta muy resistente al invierno.
Las coles de jardín son una buena elección para decorar nuestro jardín formando un parterre pero son los pensamientos y prímulas las flores que nos alegrarán el invierno. Estas plantas bienales podemos plantarlas en jardineras en las ventanas y balcones y también en el propio jardín que lo llenarán de color y vida.