El Aloe es una planta muy rica en vitaminas (A, B1, B2, B3, B6, B12, C, E) y minerales (zinc, calcio, cromo, selenio, hierro, magnesio y cobre), entre otros compuestos. Hace unos días os presentamos sus beneficios y hoy os contamos como se usa.
Mientras ingerirla te ayudará a limpiar tu organismo, usarla a modo de crema sobre tu piel evitará que heridas, quemaduras o irritaciones de la piel vayan a peor.
Ingerido
Si es la primera vez que pruebas el Aloe o no estás acostumbrado/a a hacerlo, es recomendable que no te excedas en la cantidad. Si este es tu caso no debes de tomar más de un trozo de unos dos dedos de su hoja.
Para preparar el Aloe para comer:
- Limpia con agua una hoja y realiza un corte en su parte inferior, eliminando así la parte donde puede existir alguna impureza.
- Hecho esto, corta el trozo de Aloe que vayas a comer (recuerda que no sea más de lo recomendado si no estás acostumbrado/a) y tras eso corta los bordes de la planta, ya que contienen espinas.
- Ahora, elimina la parte superior e inferior de la corteza de la planta con la ayuda de un cuchillo. Así dejarás la pulpa del Aloe limpio, que como verás parece gel.
- En este punto, puedes limpiar la pulpa con agua bajo el grifo, eliminando así la parte que se encuentra entre la corteza de la planta y la pulpa interior. Es recomendable realizar este paso puesto que esta parte puede provocar desajustes intestinales, aunque de poca importancia. Cuando ya tienes la pulpa en este estado, puedes o bien comértela directamente o mezclarla con la ayuda de una batidora con zumo de frutas.
En la piel
Para administrar el Aloe Vera en la piel, corta un trozo de unos dos dedos de la hoja limpia de ésta y corta los bordes, eliminando así las espinas. Corta por la mitad, dejando a cada lado una de las partes de la corteza (lo que nos ayudará a aplicarlo puesto que el gel es difícil de sujetar) y aplica directamente en el lugar donde desees.
FUENTE: www.farmaciaribera.es