Poco a poco se van aclarando el conjunto de ideas que se deben realizar antes de comenzar nuestro propio huerto, sin pretender que se sigan en este mismo orden en que las iré presentando, son los principios que debes seguir para planificar y posteriormente establecer un huerto, ya sea en la escuela, tu comunidad o tu hogar.
En el artículo anterior les mostré como se realiza un compostero y que deben considerar al momento de crearlo, siendo el primer post sobre huertos, ya que necesitan de algún tiempo previo para formar ese abono que utilizarán en sus plantas recién sembradas. Ahora veamos como escoger las semillas para nuestro huerto de una forma sencilla y sin gastar nada de dinero extra.
Semillas certificadas siguen siendo una opción
No es un secreto, para cualquier agricultor, que las semillas certificadas traen excelentes beneficios, entre los que podemos destacar una germinación uniforme, rápida (según el tiempo que establezca la casa productora de semillas, incluso menos), 100% sanas, libres de enfermedades, variedades reconocidas y de alta producción. Estas son solo algunas de sus características, aunque para un pequeño huerto, donde no estamos buscando romper los récords de producción, basta con extraer nuestras propias semillas ecológicas siguiendo los principios agroecológicos, ahora muy de moda la “permacultura”, este método se adapta bien a lo que queremos conseguir con el ambiente.
Para grandes extensiones destinadas a la producción agrícola no es para nada recomendable el uso de semillas ecológicas, esto podría traer problemas muy graves al tratar con altas densidades de plantas, donde se hacen imposibles de manejar y las enfermedades se propagan a gran velocidad, acá se buscaría mayor eficiencia utilizando semillas debidamente certificadas bajo altos estándares de pureza varietal, sanidad vegetal y selección del mejor material. Solo algunos cultivos donde no se tienen variedades específicas o modificadas genéticamente está permitido el uso de estas semillas ecológicas, ya existiendo empresas que se dedican a esto.
Las semillas ecológicas no garantizan un fruto igual al que le dio origen
En pleno siglo XXI la agricultura ha avanzado mucho, sobre todo en las tecnologías aplicadas, por ello es común encontrar un pimentón, tomate o cebolla que son variedades híbridas que se obtuvieron al hacer infinidades de cruces hasta encontrar una que se adaptara a las características que deseamos, es decir, la semilla obtenida solo servirá para producir solo una vez una planta vigorosa, frutos de mucha calidad, siendo que si tomamos sus semillas no obtendremos un fruto igual, o en su mayoría serán semillas infértiles.
Otra razón, es que nos ocasiona desuniformidad en el cultivo, plantas de diferentes tamaños, con diferentes características.
¿Pero si tienen tantos inconvenientes porque seguimos utilizando semillas ecológicas?
Primero por lo que ya les planteaba, no queremos alcanzar los mejores rendimientos de producción, solo queremos producir alimentos, además no estamos invirtiéndole mucho dinero a nuestro cultivo, ya que en los huertos predomina el trabajo manual con productos orgánicos producidos por nosotros mismos, no queremos venderlo para retribuir el gasto de un tractor, la contratación de mano de obra o la aplicación de grandes aplicaciones de pesticidas.
Es por eso que el uso de estas semillas ecológicas se adapta a nosotros, en el huerto se le da un trato individualizado a cada planta, así podemos observar cualquier problema para tratarlo a tiempo, incluso trabajamos para prevenir el ataque de plagas, es todo un arte que de forma coordinada logramos desarrollar en armonía con el ambiente y disfrutando lo que hacemos, por lo que genera un mínimo de esfuerzo.
Ahora bien, sin desviarme mucho del tema veamos cómo podemos hacer para escoger y tratar las semillas que recolectemos de otros frutos que hayamos consumido. No es nada complicado, aunque debemos tener en cuenta algunas condiciones.
Selección de semillas ecológicas para nuestro huerto
Escoger las semillas es muy diferente que escoger un fruto para consumirlo, siempre debemos tomar las semillas de un fruto bien maduro, así, por ejemplo, un tomate debe dejarse que madure un poco más de cómo lo consumimos para garantizar la calidad de la semilla.
“Cuando compramos un tomate en el supermercado, este no se ha dejado madurar lo suficiente en la planta, una cosa es la madurez de consumo y otra la madurez fisiológica” Una de las desventajas de usar este tipo de semillas.
Algunos como el maíz o leguminosas (frijoles) es mejor dejarlas secar en la planta antes de recogerlas, todo lo contrario, con aquellas plantas que sueltan sus semillas al suelo, como es el caso de las lechugas o cebolla, acá se deben recolectar de forma manual cada día hasta que vaya soltando todas sus semillas. Para este último caso se pueden colocar bolsas en la inflorescencia de la lechuga para evitar que caigan al suelo, aunque lo mejor sería estimar cuando estarán disponibles las semillas y empezar diariamente a recogerlas agitando suavemente las flores dentro de una bolsa, es una forma de recolección muy sencilla.
“Si estamos colectando semillas de nuestro propio huerto para el siguiente ciclo, tomaremos en cuenta estas condiciones: El mejor fruto de la planta, plantas sanas, frondosa y vigorosa”
Limpiar las semillas de otras partes del fruto
Aquellas que provengan de frutos maduros, tomando como ejemplo el tomate, lo cortamos y extraemos sus semillas, éstas siempre quedarán con una cubierta gelatinosa que debemos seguir lavando hasta remover por completo. Las semillas se lavan, se secan con un paño o papel absorbente y se dejan secar al aire libre, evita el sol directo. Debemos eliminar la humedad exterior visible antes de almacenarlas, solo así no se dañarán con ataques de otros microorganismos.
“Para mantener las semillas durante mucho tiempo podemos colocarlas en el refrigerador, estas pueden durar hasta 5 años manteniendo buenas cualidades germinativas”
Luego que tengamos el huerto en marcha debes visualizar como obtendrás las semillas para el próximo ciclo, por ello debemos identificar cuáles plantas son las mejores, las que presentan mejores características, mayor productividad y están más sanas.
Así mismo con el fruto, escogemos el mejor que tenga la planta y procedemos nuevamente a realizar el proceso para obtener las semillas y almacenarla hasta el próximo ciclo.
Las semillas ecológicas recuperan la biodiversidad
Luego de varios ciclos escogiendo nuestras semillas, estaremos recuperando la diversidad que se había perdido, no es tan fácil como parece, pero con estas semillas agroecológicas estaremos dando un gran paso.
Estas prácticas son las que realizaban nuestros ancestros al domesticar las especies y haciendo selección natural. Así, mejoramos de forma natural las semillas.
Algunas ventajas de recolectar semillas agroecológicas para el huerto
ü Mejoramos la uniformidad del cultivo, porque al ir seleccionando de forma natural estaremos disminuyendo la variabilidad genética.
ü Podemos almacenar semillas e intercambiarlas con otras personas que compartan el mismo interés del huerto y la siembra urbana.
ü No dependemos de las grandes empresas productoras de semillas para sembrar en nuestro huerto.
ü Prácticamente no gastamos nada de dinero para establecer nuestro huerto, sólo a excepción de algún producto o herramienta que necesitemos.
Lo más importante de la recolección de semillas ecológicas es el conocimiento que obtenemos sobre la planta y la variedad que sembremos. Al tomar semillas de un fruto no tenemos la seguridad de cómo se desarrolló esa planta, ni mucho menos su comportamiento y características. Así con el tiempo, ciclo tras ciclo, ya estaremos seguros de las semillas que queremos para el cultivo que queremos.