Pero esto es más una alegría que una tristeza: tiene un tamaño más bien reducido, es curiosa, produce flores,… Es perfecta para cuidarla, mimarla y disfrutarla cada día.
Fenestraria rhopalophylla es el nombre científico de una especie nativa de Nambia y Namaqualand en Sudáfrica que fue descrita por Nicholas Edward Brown y publicado en The Gardeners’ Chronicle & Agricultural Gazette en el 1927. A menudo se la llama planta ventana o, simplemente, Fenestraria.
Se caracteriza estar formada por tallos verdosos, tubulares, de alrededor de 1cm de grosor por unos 5-7cm de altura. En cada uno de esos tallos, que son en realidad hojas, hay un área transparente, por la cual penetran los rayos del Sol. Sus flores, que pueden ser amarillas o blancas, brotan a finales de primavera.
Se conocen dos subespecies:
Fenestraria rhopalohylla subsp rhopalophylla
Fenestraria rhopalohylla subsp aurantiaca (Fenestraria aurantiaca)
Si hablamos de cultivo y mantenimiento, nos encontramos con una plantita que tendremos que colocar a pleno sol y regar muy poco: no más de dos veces por semana en verano y cada 15 o 20 días el resto del año. Como sustrato recomiendo usar 100% pómice, o sustrato de cultivo universal mezclado con perlita a partes iguales con el fin de evitar la pudrición de las raíces.
Asimismo, hay que abonarla en primavera y verano, y protegerla de las heladas y, también, de los caracoles ya que éstos pueden destrozarla en cuestión de pocas horas. Para mantener alejados estos moluscos, aquí tienes muchos consejos.