Por su bajo contenido en azúcares, se recomienda en dietas de pérdida de peso y diabetes. Las fresas son ricas en vitamina C, que junto al ácido elágico y la quercetina le proporcionan propiedades antioxidantes. Introducir las fresas en nuestra dieta ayudará a eliminar contaminantes de nuestro cuerpo como pesticidas, fertilizantes, metales pesados y otras toxinas producidas por nuestro organismo. Y no olvidemos que la vitamina C facilita la absorción del hierro y la producción de colágeno.
Los pigmentos que dan el color a las fresas, son antioxidantes y además ayudan a prevenir enfermedades degenerativas como el cáncer, de hecho, en ellas hay más de 15 componentes anticancerígenos. Altamente recomendables en dietas depurativas, sus propiedades también son beneficiosas para el corazón y las arterias, como han demostrado algunos estudios (incluidas también las frambuesas).
Las fresas también tienen propiedades desinfectantes y son magníficas para el cuidado de la piel, las manos y las uñas ... No podemos negar que las fresas son una joya de la naturaleza.
¡No dejes de incluirlas en tu dieta básica!