La unión entre el pasado y el presente, conservando la historia emblemática del país es lo que atrae al mundo occidental, que cada vez más busca métodos de relajación y conexión con su yo interno a través de espacios privados como los jardines japoneses.
Los primeros jardines de Japón, datados de antes del siglo IX, recibieron la influencia del imperio chino, un país auténticamente viajero que extendió su cultura en muchos otros países además de Japón.
Cuando Kioto se estableció como en 794 (perdurando hasta 1868), los jardines de estilo japonés comenzaron a absorber influencias más asociadas a la cultura nipona. Las principales clases de jardines que se diseñaron en este período fueron principalmente los jardines del palacio, villas o templos sagrados.
El más famoso fue el Paradise Garden.
Como la influencia china aun seguía presente, muchas veces se confunde el jardín zen con el jardín japonés, lugares que sirven de refugio para la meditación espiritual.
Características principales del jardín japonés
Elección de plantas
Arce japonésUna de las plantas más habitualmente empleadas en los jardines japoneses es el arce japonés, un emblema del país nipón. Estos árboles tienen diferentes hábitos de crecimiento, transforman su follaje en función de la estación del año y son considerados bastante resistentes, por lo que se adaptan perfectamente al jardín japonés.
Y sí, los japoneses tienen mucha paciencia, y eso hace que les guste este árbol. Su crecimiento es muy lento, por lo que son necesarios muchos años para que un ejemplar llegue a alcanzar grandes alturas.
Bambú
El bambú es una especie muy interesante en estos espacios formado por troncos tubulares de grandes dimensiones. Son plantas que necesitan bastante humedad y zonas sombrías, creciendo varios metros de altura.
Se suelen utilizar para separar espacios, cubrir paredes o separar espacios.
Algunas especies habituales son las siguientes:
Bambú dorado (Phyllostachys aurea)
Bambú gigante (Phyllostachys bambusoides)
Plantas de humedad
Un jardín japonés también destaca por utilizar plantas acostumbradas a entornos de humedad, como el musgo o los helechos. Este primero es habitual que se quede adherido a la corteza de los árboles o en las piedras, algo imposible de reproducir si buscamos un jardín japonés en un país europeo del mediterráneo.
Entre otras plantas de estilo japonés también encontramos las peonías (Paeoniaceae), flores silvestres como anémonas (género Anemone), ciruelos de espectacular floración a finales de invierno, membrilleros, cerezos, almendros y arbustos de hoja perenne.
Otras plantas habituales en jardines japoneses
Género Acer (Acer japonicum y Acer palmatum)
Camelias (Camelia japonica)
Cotoneaster
Enebro chino (Juniperus chinensis)
Rododendro
Ave del paraíso (Strelitzia reginae)
Glicina (Wisteria sinensis)
Helechos
Hostas
Lirios
Narcisos
Muchas de las plantas tapizantes o herbáceas están acostumbradas a entornos de humedad (propios de Japoón), por ello, es habitual que estén protegidos con una cobertura de árboles altos y frondosos. Puedes consultar nuestro listado de plantas para zonas de sombra.
Pavimentos y suelos del jardín japonés
Otra de las cosas que caracterizan a los jardines japoneses es el uso de grava y arena muy cuidada, utilizando rastrillos para mantenerla siempre en perfectas condiciones. Además, los caminos se marcan con adoquines de piedra natural, buscando un espacio de armonía y aspecto natural como base fundamental.
Nada de opciones urbanas, artificiales y modernas. En el jardín japonés se respeta al máximo la estética clásica.
El uso de la piedra natural es un factor muy destacable en el jardín nipón, formando una parte clave en el paisajismo japonés. Estas piedras pueden disponer de simbología como formas de animales, tigres o figuras mitológicas, jugando con distintos colores y formas repartidas por todo el espacio.
Uso de elementos decorativos
El jardín japonés se caracteriza por ser un entorno de relajación y meditación, con espacios bastante ordenados, silencio y ser un foco de tranquilidad, muchas veces asociado a la práctica del budismo.Un jardín zen, con todo ordenado, uso de elementos de rocas y gravas provoca sensaciones de armonía visual y paz mental, algo indiscutiblemente necesario en un jardín japonés que se precie.
Sobre este jardín se pueden colocar elementos que nos recuerden al Japón clásico, como estatuas de Buda, símbolos culturales del país o pagodas, un elemento emblemático del país del Sol Naciente.
Estaques y corrientes de agua
No hay jardín japonés que se precie sin recorridos de agua, estanques, peces y nenúfares. De hecho, los estanques es uno de los diseños más atractivos y casi obligatorios de este tipo de entornos, ubicándose en zonas preferentes.La mayoría de los elementos de agua que podemos ver en un jardín japonés son naturales y no solo aportan estética decorativa. En ellos se pueden encontrar peces (estanque koi), diferentes plantas acuáticas y un gran número de insectos danzando alrededor de él que tienen funciones polinizadoras del resto de jardín.
Leer más: guía para diseñar un estanque.
Sin embargo, los elementos asociados al agua también están destinados a ser fuentes de belleza y relajación. Los pequeños puentes que atraviesan los circuitos de agua o grandes estanques también son habituales en los diseños de jardines japoneses. En este país son una estructura con mucho simbolismo, ya que representa la conexión entre la humanidad y la naturaleza, así como el viaje al más allá.
Vallas y separación de espacios
Otra parte representativa en este tipo de espacios son las separaciones o la marcación de caminos mediante vallas de madera de bambú, la mayoría fabricadas a mano por artesanos.Si embargo, también es habitual ver separaciones y bordes de camino con plantas de porte alto (hierbas adventicias) que limitan su paso. Se puede conseguir esto usando plantas muy habituales en Japón, como el bambú o el sauce.