Desde hace muchos años, se utilizan sus propiedades benéficas en tratamientos de enfermedades principalmente en la medicina tradicional china.
En occidente su uso tiene menos valor y frecuencia, se sabe que fueron utilizadas por las tribus norteamericanas de los Cherokees y, en la actualidad, científicos han determinado que las propiedades de “sus raíces”, benefician el sistema inmunológico, que poseen beneficios a nivel anti-inflamatorio y que algunos de sus agentes pueden utilizarse para el tratamiento de enfermedades como la malaria, además es un excelente diurético, previene la formación de cálculos renales y ayuda a expulsarlos.
Las hortensias son arbustos que se destacan por sus hermosas flores, las cuales crecen agrupadas en grandes y vistosos racimos. Es un género que incluye unas 100 especies de plantas de flor nativas del Sur y Este de Asia, Norteamérica y Suramérica.
La mayoría de las Hortensias son arbustos de 1-3 m de altura, pero algunas son árboles pequeños, y otras son enredaderas que alcanzan los 30 m trepando por los árboles.
Sus flores pueden ser rosas, blancas o azules dependiendo en parte del ph del suelo. En suelos relativamente ácidos (pH entre 4,5 y 5) las flores se hacen azules, en suelos más alcalinos (pH entre 6 y 6,5) las flores adquieren un color rosa, y en suelos alcalinos (pH alrededor de 8) las flores crecen blancas.
Se puede forzar la coloración rosada de las flores, usando fertilizantes ricos en nitrógeno y fósforo y pobres en potasio, mientras que si se desean flores azules, los fertilizantes han de ser ricos en potasio y pobre en nitrógeno y fósforo.
La floración azul también puede requerir el aporte de abonos acidificantes tales como: sulfato amónico, nitrato amónico, sulfato potásico, etc. También se puede añadir sulfato de aluminio si las medidas anteriores son insuficientes.
La coloración rosa se conseguirá con abonos alcalinos, como nitrato de calcio.
La adición cuidadosa de carbonato sódico al suelo puede producir una floración multicolor.