Porta velas colgantes de cristal, de Decorabloga.com
Una bombilla vieja.
Un taladro con plato para lija (si no tienes taladro, lee la nota del paso 3).
Un disco de lija de carburo de silicio.
Un soporte para taladro.
Unos guantes de lona.
Un objeto largo, fino y resistente (para vaciar la bombilla por dentro).
Un cordel rústico.
Gravilla.
Flores.
1. Elige una bombilla incandescente de filamentos con forma esférica (la de toda la vida) como esta:
2. Coloca el taladro en el soporte e inserta el plato con la lija.
3. Y ahora viene lo más complicado de todo el proceso, porque hay que quitar la parte del contacto eléctrico de la bombilla (la parte negra) con mucho cuidado para que no se rompa el cristal. Para ello, ponte los guantes para protegerte las manos. Acerca el contacto a la lija y, con mucha paciencia, espera a que desaparezca por completo.
He de decir que intenté quitarlo de todas las maneras posibles (con un cuchillo afilado sobre el casquillo, quemando el contacto, etc.) y esta fue la mejor opción. La parte negra es de cristal, y hay quien la quita dándole golpecitos y arrancándola con un alicate extensible. Yo lo intenté y no fui capaz, pero si quieres puedes probar y así te ahorras toda la parte del taladro.
4. Con el objeto alargado vacía la bombilla por dentro hasta quedarte sólo con la ampolla y el casquillo. Hazlo despacio y poco a poco para no romper el cristal.
5. Ata el cordel rústico dando varias vueltas alrededor del casquillo y dejando una tira larga para que sirva como colgador.
6. Ya lo tienes. Ahora sólo falta decorarla. Puedes meter gravilla o agua y unas flores, o una peonía dentro de la ampolla, o meter tierra y unas semillas y esperar a que crezca… Haz pruebas y verás como queda bien con casi cualquier cosa. Cuélgala de las ramas de los árboles en el jardín, o en la terraza. Ten en cuenta que si pones varias a distintas alturas quedará mucho mejor.