Antes que nada, para realizar el jardín hay que realizar una buena zonificación. Al igual que una vivienda se divide en habitaciones, el jardíntambién se fragmenta según sus usos: zona de acceso, de paso, estancial, vistas, etc. Consideramos prioridad absoluta mantener las vistas del mar. Este jardín es más bien un mirador.
Jugamos con los colores las texturas y las formas de las plantas, buscando combinaciones que sean agradables a la vista. Éstas se pueden observar en las simulaciones y alzados, de una forma real y muy específica. En definitiva: un jardín de líneas sencillas, fácil de mantener y muy, muy práctico.
Las líneas del diseño de la zona de la piscina son rectas, siguiendo las de la casa; el jardín debe de ser una continuación de ésta. Con esta solución, se abarata mucho la ejecución y su posterior mantenimiento. Hacemos una clara diferenciación de espacios utilizando vigas de madera para separar la zona de pradera del resto del jardín.
Las zonas pisables se cubren con tela antihierba y granza (solución más económica) reduciendo al mínimo su posterior mantenimiento. En cuanto a la plantación, escogemos plantas resistentes a los vientos salinos: atriplex, helicrisum, sedum, phornium, tamarix, pistacea, thymus, salvia, thumbalgia… Muchas de ellas salen de forma espontánea en esta zona. Se planifica una plantación distribuida en masas para crear mayor impacto visual.
Partimos con unas instrucciones claras: el propietario quiere utilizar vigas de madera y una zona de pradera junto a la piscina (cosa poco recomendable tan cerca del mar). Hay que tener en cuenta la exposición al sol durante los meses estivales, por lo que creamos dos pequeñas zonas de sombra, siempre teniendo en cuenta que no se arroje dicha sombra sobre la piscina.