El pasado mes de diciembre tenía que dejar el pequeño huerto urbano y, como no podía ser de otra forma, no iba a dejar abandonadas allí a las plantas que me acompañaron los últimos tres años y medio.
Así que poco a poco las fui quitando de la tierra y comencé a pasarlas a macetas con el fin de ir organizando el traslado.
Afortunadamente, la estación del año en la que me tocó hacer los trasplantes era la ideal, el invierno. En esta época las plantas tienen escasa actividad vegetativa y poca circulación de savia.
Esto hace que el invierno sea un momento idóneo para trasplantes, podas y esquejes.
El trasplante de los rosales
Estaba preocupada por el trasplante del laurel porque ya tenía buen porte y si pensamos que la copa de un árbol tiene relación directa con el desarrollo de sus raíces, podía figurarme que su trasplante sería bastante dificultoso.
Te sorprenderías si te dijera cuáles son las plantas que más me costó quitar.
Lo más lógico es pensar que un laurel de casi 2 metros costara más quitarlo que un rosal, pero no es así. Los rosales tenían unas raíces leñosas y profundas que dificultaron bastante la labor.
Teniendo en cuenta que un esqueje de rosal plantado en invierno seguramente agarrará bien y sacará raíces, no fuimos muy delicados en la forma de intentar quitarlo, de hecho tuvimos que romper sus raíces porque parecía que nunca acababan.
Otra planta que supuso un buen ejercicio con la pala fue una pequeña vid que, como el rosal, es también leñosa.
Trasplantes de aromáticas
Las demás plantas que tuve que quitar eran aromáticas: melisa, ajedrea, acedera, lavanda, romero, hierbabuena, perejil, cebollino, salvia y mi favorita: el orégano.
Estas no ofrecieron mucha resistencia, de hecho fue muy fácil quitarlas.
Lamentablemente coincidió el trasplante con una temporada de muy mal tiempo con lluvias, heladas y mucho viento. Las pobres plantas tuvieron no sólo que adaptarse al nuevo emplazamiento sino también sufrir las inclemencias del tiempo.
En las siguientes imágenes puedes observar las plantas ya trasplantadas en la finca. Por prisas y falta de tiempo no llegué a preparar el terreno antes del trasplante. A veces no podemos planear como nos gustaría lo que vamos a hacer sino que simplemente tenemos que hacerlo lo antes posible.
Trasplantes de fresas
Las horas dedicadas al trasplante no fueron suficientes porque en invierno los días son muy cortos. Por lo tanto, las fresas permanecieron en macetas un par de días más.
Las fresas, que son plantas duras y resistentes, quedaron para último momento.
En el proceso de trasplante pude comprobar que algunas plantas de fresa estaban sacando estolones para reproducirse. El proceso consiste en que la planta saca un vástago que nace de la base de su tallo. El propósito es echar raíces para formar una nueva planta.
La recompensa de todo este esfuerzo fue la bienvenida que nos dió esta lombriz ya que encontrar vida en el suelo en el que vamos a cultivar nos augura una buena cosecha.
A continuación, hay dos vídeos sobre el trasplante del rosal y del laurel y, además, de las aromáticas ya trasplantadas.
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