La valeriana es una de las plantas medicinales más conocida y apreciada. Las propiedades sedantes y contra el nerviosismo de valeriana officinalis se conocen desde hace más de 2.000 años. Los griegos y romanos ya la utilizaban, y Galeno ya recomendaba su uso en el siglo II a.C. En EE.UU. y Europa comenzó a hacerse popular a partir de 1800. Se cree, aunque no a ciencia cierta, que su nombre proviene de la palabra latina valere, que significa saludable. También se le llama hierba bendita.
La valeriana proviene de Europa y Asia, en entornos de bosques húmedos y márgenes de ríos. También se cultiva profusamente en estos lugares, aunque para su uso terapéutico se prefiere recolectar ejemplares salvajes. Existen aproximadamente 200 especies de valeriana en el mundo, repartidas entre las zonas templadas, tropicales y subtropicales.
Su fisonomía
La valeriana es una planta herbácea vivaz, aunque se cultiva como anual si se hace por trasplante o división, o como bianual, si es por siembra directa. En este último caso, sus pequeñas flores blancas o rosadas, no crecerán hasta el segundo año de vida, y lo harán distribuidas en inflorescencias. Llegará a medir hasta 2 m. de altura.No se suele cultivar como planta ornamental, sino para su uso en herboristería. Su aspecto es campestre, bucólico y salvaje. El cultivo de valeriana por particulares tiene que ver con el amor y la seducción que suscitan las plantas medicinales, y ese halo místico y mitológico que las rodea.
Algunas pistas para que se encuentre a gusto
Para un correcto desarrollo de la valeriana, debemos proporcionarle un terreno con ciertas condiciones. Debe ser un suelo humífero, es decir, rico en humus, lo que se traduce en una necesidad de nutrientes. El terreno debe mantenerse siempre fresco y húmedo. Debe tener buenas condiciones de drenaje, ya que el encharcamiento para ella es fatal.Esta planta no es muy exigente en cuanto a las condiciones de mantenimiento. En cuanto al riego, debemos tener en cuenta un parámetro muy importante: que el suelo ha de estar siempre ligeramente húmedo, por lo que tendrá que reducirse en épocas más frías y lo aumentaremos al subir las temperaturas. Esta especie se desarrolla sin problemas en condiciones de exposición total al sol, y también en semisombra.
La multiplicación podemos hacerla por semillas o por división. En el primer caso, mantendremos las plántulas a cubierto, en un vivero si es posible, para proteger de las heladas, y trasplantaremos al terreno final cuando midan 10 cm, normalmente a mediados del invierno. La división la realizaremos en otoño. Florecerá entonces en primavera, como hemos dicho, después de dos años de cultivo, si lo realizamos por semillas. La recolección se realiza en otoño. Dejaremos secar las raíces, que es la parte que se utiliza para preparar infusiones.
Adiós a los nervios
Las propiedades más conocidas de la valeriana son calmantes y contra el insomnio. Para trastornos nerviosos: prepararemos una infusión con 15 gr. de raíz seca. Dejaremos reposar durante la noche. Como sedante: cogeremos raíz fresca y prepararemos con ella una infusión que tomaremos antes de acostarnos. Esta propiedad sedante ha sido corroborada en estudios clínicos. También está indicada contra el estrés, irritabilidad, trastornos emocionales y digestivos.Es conveniente no abusar de su uso. Si sois amantes de la tradición de la fitoterapia y os gusta cultivar vuestras propias plantas medicinales, no puede faltar un ejemplar de valeriana en vuestro vergel.