Aunque las tormentas pueden sorprendernos en medio de un buen tiempo generalizado, lo más habitual es que el calor del sol comience a apretar. En el hemisferio norte son cada vez más los minutos de luz que se ganan a la noche, hasta culminar en el solsticio de verano, el 21 de junio. Por eso florecen cada vez más plantas, incluso las caducifolias más tardías. Otras, preplantadas en meses previos, ya se pueden introducir en el parterre sin miedo a las heladas.
La belleza de los bulbos
Las especies de temporada, fundamentalmente las flores procedentes de tubérculo, son muy vistosas en mayo. Los tulipanes, jacintos y narcisos plantados en otoño convertirán tu jardín en un espectáculo de color exuberante. Para mantenerlo en verano, a lo largo de todo el mes podemos recurrir a tubérculos de floración estival como gladiolos, liliums, azucenas y dalias. Éstos pueden quedar impresionantes también en macetas, que son perfectas para el balcón o el ático cuando no disponemos de una parcela de terreno en casa. En el caso de usarlas, ubicaremos los bulbos más cerca unos de otros que cuando los plantamos en el suelo.Otra buena idea es compaginar el cultivo de tubérculos veraniegos con plantas anuales. Las que tengamos ya presembradas de semanas anteriores pueden incorporarse al jardín (gazania, boca de dragón, salvia...). Cualquier especie que esté en maceta puede trasladarse a la tierra, porque el suelo está caliente en este mes, apto para el cultivo. Antes de proceder, es buena idea humedecer el cepellón con agua. No olvides que nunca debemos plantar en un suelo muy mojado.
Aún no es tarde para los rosales
Muchas variedades florecerán con intensidad en primavera, aunque necesitan exposición directa al sol y el riego suficiente. Con el agua seremos precavidos: sin encharcar y evitando mojar las hojas. Si has olvidado plantarlos en otoño, este mes es adecuado para hacerlo, ya que producirán bonitas flores en el verano.Con la subida de las temperaturas también proliferan insectos y microorganismos que pueden suponer una amenaza no sólo para las rosas, sino para otras especies. Por eso, los rosales han de evitar excesos de humedad y deberán fumigarse: evitaremos así enfermedades como la roya o el oidio. Las vivaces y anuales completan nuestro rincón verde. Ya es posible plantar campánulas, violetas, claveles, caléndulas, alegrías, o bien variedades con semillas de crecimiento alto como malvas anuales, girasoles o siemprevivas.
Cuidados básicos
Para mantener el parterre sano, no olvides algunas tareas básicas como eliminar las flores que se vayan marchitando. Es fundamental tener cuidado con las plagas, sobre todo con las babosas. Asimismo, retira las cápsulas (reventándolas con los dedos índice y pulgar) de los arbustos ornamentales florecientes como el rododendro y la lila.Acuérdate también de abonar las plantas de arriate y los arbustos decorativos. Sé generoso con las especies que forman los setos ya que, al estar tan cerca unas de otras, es mayor la competencia por los nutrientes. Una vez acabadas todas las tareas, sólo te queda tumbarte a la sombra y disfrutar del bonito espectáculo natural que es capaz de ofrecerte un jardín lleno de color.