Desde la clásica Palmera Areca hasta la encantadora Palmera Parlour, explorar el mundo de las palmeras de tamaño compacto es una aventura emocionante para cualquier amante de la jardinería en busca de un toque tropical en su entorno. En este artículo, vamos a sumergirnos en el fascinante universo de las palmeras pequeñas, descubriendo sus características, cuidados y cómo integrarlas de manera armoniosa en tu espacio verde, ya sea en interiores o exteriores.
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Listado de palmeras de pequeño tamaño
Palmera Enana (Phoenix roebelenii)
Phoenix roebelenii, comúnmente conocida como palmera enana, es una especie de palmera de pequeña estatura originaria del sudeste asiático, especialmente de Laos, Vietnam y partes de China. Esta palmera es altamente apreciada en paisajismo y como planta de interior debido a su tamaño manejable y su forma elegante. La palmera enana raramente supera los 2 a 3 metros de altura, lo que la hace ideal para espacios pequeños o para ser cultivada en macetas. Posee un tronco delgado y curvo, frecuentemente agrupado con otros troncos para formar una densa base que puede ser muy decorativa.
Sus hojas son largas y arqueadas, de un verde intenso, con foliolos que cuelgan graciosamente hacia abajo, otorgando un aspecto suave y plumoso. Phoenix roebelenii es tolerante a una variedad de condiciones de luz, aunque prefiere ambientes brillantes y indirectos cuando se encuentra en interiores. Requiere riegos regulares pero con un buen drenaje para evitar el encharcamiento del suelo. Su resistencia y fácil cuidado la convierten en una opción popular para jardineros tanto novatos como experimentados. Además, su estética exótica y su porte compacto la hacen ideal para agregar un toque tropical a cualquier ambiente, ya sea en hogares, oficinas o en patios y jardines.
Ubicación: para ubicarla en el jardín, es recomendable encontrar un lugar con luz indirecta brillante, evitando la exposición directa al sol que podría quemar sus delicadas hojas. Es tolerante a una variedad de temperaturas, pero prefiere climas cálidos y no es resistente a las heladas, por lo que es importante protegerla en caso de temperaturas frías.
Tipo de suelo: en cuanto al suelo, la Palmera Enana prefiere un sustrato bien drenado y ligeramente ácido. Si se cultiva en macetas, se puede utilizar una mezcla de tierra para macetas con buen drenaje, como una mezcla de tierra para macetas, perlita y turba.
Necesidades de riego: es importante mantener el sustrato ligeramente húmedo pero no empapado. Se debe regar cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto, evitando el encharcamiento que puede provocar la pudrición de las raíces.
Mantenimiento general: incluye la eliminación de hojas muertas o dañadas para mantenerla saludable y estéticamente atractiva. También se puede fertilizar ocasionalmente durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado para palmeras, siguiendo las instrucciones del envase. Además, es recomendable revisarla regularmente en busca de signos de plagas o enfermedades y tratarlas según sea necesario para mantenerla en óptimas condiciones.
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Palma del Sagú (Cycas revoluta)
La Palma del Sagú, o Cycas revoluta, es una planta perenne que se asemeja a una palmera, pero pertenece a la familia de las cicadáceas. Es una opción popular tanto para interiores como para jardines, gracias a su atractivo aspecto tropical y su resistencia.
Ubicación: en el jardín, se debe ubicar en un lugar con luz brillante pero indirecta, ya que la exposición directa al sol puede dañar sus hojas. Es resistente a temperaturas moderadas, pero es sensible a las heladas, por lo que se debe proteger en climas fríos.
Tipo de suelo: para el suelo, la Palma del Sagú prefiere un sustrato bien drenado y ligeramente ácido. En macetas, se puede utilizar una mezcla de tierra para macetas con perlita o arena para mejorar el drenaje.
Necesidades de riego: es importante dejar que el sustrato se seque ligeramente entre riegos para evitar el exceso de humedad, que puede provocar la pudrición de las raíces. Se debe regar con moderación, especialmente durante los meses más cálidos, reduciendo la frecuencia en invierno.
Mantenimiento general: incluye la eliminación de hojas muertas o dañadas para promover un crecimiento saludable. También se puede fertilizar ocasionalmente durante la primavera y el verano con un fertilizante equilibrado para plantas verdes, siguiendo las indicaciones del envase. Además, es importante estar atento a signos de plagas o enfermedades y tratarlos según sea necesario para mantener la planta en óptimas condiciones.
Palmera Areca (Dypsis lutescens)
La Palmera Areca, también conocida como Dypsis lutescens o palmera de mariposa, es una opción popular para interiores debido a su elegante follaje y su capacidad para purificar el aire.
Ubicación: para ubicarla en el jardín o en interiores, es ideal encontrar un lugar con luz brillante pero indirecta, evitando la exposición directa al sol que podría quemar sus hojas sensibles. Es una planta sensible al frío, por lo que se debe proteger de las temperaturas extremadamente bajas y las corrientes de aire frío.
Tipo de suelo: la palmera Areca prefiere un sustrato bien drenado y ligeramente ácido. En macetas, se puede utilizar una mezcla de tierra para macetas con perlita o arena para mejorar el drenaje y permitir un crecimiento saludable de las raíces.
Necesidades de riego: es importante mantener el sustrato ligeramente húmedo, pero no saturado. Se debe regar regularmente durante la temporada de crecimiento, reduciendo la frecuencia en invierno. Evita el encharcamiento, ya que puede provocar la pudrición de las raíces.
Mantenimiento general: implica la eliminación de hojas amarillentas o muertas para mantenerla estéticamente atractiva y promover un crecimiento saludable. También se puede fertilizar mensualmente durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado para plantas verdes. Además, es importante revisarla regularmente en busca de signos de plagas o enfermedades y tratarlos según sea necesario para mantenerla en óptimas condiciones.
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Palmera de salón (Chamaedorea elegans)
Chamaedorea elegans, también conocida como palma de salón o palmita, es una planta ornamental nativa de los densos bosques tropicales de México y Guatemala. Destaca por su porte elegante y su facilidad de cuidado, lo que la hace muy popular para la decoración de interiores. Esta palma es relativamente pequeña, alcanzando hasta unos 2 metros de altura en condiciones óptimas. Sus hojas son pinnadas, delgadas y arqueadas, con un color verde intenso que puede añadir un toque de frescura a cualquier espacio. Es particularmente apreciada por su capacidad para crecer en condiciones de baja luz y su resistencia a plagas, lo que la convierte en una opción ideal para oficinas y hogares. Además, Chamaedorea elegans es conocida por su capacidad para purificar el aire, eliminando toxinas como el formaldehído y el benceno, lo que contribuye a un ambiente interior más saludable.
Ubicación: Para ubicarla en el hogar, es recomendable elegir un lugar con luz brillante pero indirecta, ya que la exposición directa al sol puede quemar sus delicadas hojas. Esta palmera es sensible al frío, por lo que se debe proteger de las corrientes de aire frío y las temperaturas extremadamente bajas.
Tipo de suelo: la Palmera de Salón prefiere un suelo bien drenado y rico en materia orgánica. En macetas, se puede utilizar una mezcla de tierra para macetas con perlita o turba para mejorar el drenaje y proporcionar un ambiente propicio para el crecimiento de las raíces.
Necesidades de riego: es importante mantener el sustrato ligeramente húmedo, pero no saturado. Se debe regar regularmente durante la temporada de crecimiento, reduciendo la frecuencia en invierno. Evita el encharcamiento, ya que puede provocar la pudrición de las raíces.
Mantenimiento general: implica la eliminación de hojas amarillentas o muertas para mantenerla estéticamente atractiva y promover un crecimiento saludable. También se puede fertilizar mensualmente durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado para plantas verdes. Además, es importante revisarla regularmente en busca de signos de plagas o enfermedades y tratarlos según sea necesario para mantenerla en óptimas condiciones.
Palmera Pigmea (Dypsis decaryi)
Dypsis decaryi, comúnmente conocida como palmera pigmea, es una especie distintiva de palmera originaria de Madagascar. Su característica más notable es su tronco triangular, una forma inusual que le otorga un gran valor ornamental. Esta palmera puede alcanzar hasta los 6 metros de altura, aunque en cultivo suele ser más pequeña, lo que la hace adecuada para jardines domésticos y espacios urbanos. Las hojas son grandes, arqueadas y de un verde brillante, extendiéndose elegantemente desde los tres lados del tronco, lo que le confiere una apariencia exótica y llamativa. Es ideal para ser utilizada como planta de acento debido a su forma única y su follaje denso, lo que la hace muy popular en paisajismo tropical y subtropical. Además, por su tamaño y forma, es una excelente opción para añadir un punto focal en jardines de roca o en contenedores grandes.
Ubicación: para ubicarla en el jardín o en interiores, es ideal seleccionar un lugar con luz brillante pero indirecta, evitando la exposición directa al sol que podría dañar sus hojas sensibles. Esta palmera es resistente a temperaturas moderadas, pero es sensible a las heladas, por lo que se debe proteger en climas fríos.
Tipo de suelo: la Palmera Pigmea prefiere un sustrato bien drenado y fértil. En macetas, se puede utilizar una mezcla de tierra para macetas con perlita o arena para mejorar el drenaje y proporcionar un ambiente propicio para el desarrollo de las raíces.
Necesidades de riego: es importante mantener el sustrato ligeramente húmedo, pero no empapado. Se debe regar regularmente durante la temporada de crecimiento, reduciendo la frecuencia en invierno. Evita el encharcamiento, ya que puede provocar la pudrición de las raíces.
Mantenimiento general: el mantenimiento de la Palmera Pigmea incluye la eliminación de hojas muertas o dañadas para mantenerla estéticamente atractiva y promover un crecimiento saludable. También se puede fertilizar ocasionalmente durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado para plantas verdes. Además, es importante estar atento a signos de plagas o enfermedades y tratarlos según sea necesario para mantener la planta en óptimas condiciones.
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Palmito (Chamaerops humilis)
Chamaerops humilis, comúnmente conocida como palmito o palmera enana europea, es la única palmera nativa de Europa, extendiéndose desde el Mediterráneo occidental hasta partes de África del Norte. Es particularmente apreciada por su resistencia y adaptabilidad, lo que la hace ideal para una variedad de entornos paisajísticos. Esta palmera compacta y robusta puede alcanzar hasta 5 metros de altura, pero su crecimiento es lento y a menudo se presenta en forma de grupos con múltiples troncos cortos y gruesos cubiertos de fibras y las bases de hojas viejas. Sus hojas son en forma de abanico, rígidas, y de un color verde oscuro, aportando una textura densa y escultural al paisaje. Esta palmera es ideal para jardines rocosos, mediterráneos y costeros, y también se cultiva comúnmente en contenedores donde su forma y tamaño se pueden controlar más fácilmente, lo que la convierte en una opción popular para patios y áreas urbanas.
Ubicación: es ideal seleccionar un lugar con luz brillante pero indirecta, ya que la exposición directa al sol puede quemar sus hojas. Es resistente a una variedad de temperaturas y puede tolerar condiciones de sequía moderada una vez establecido.
Tipo de suelo: el Palmito prefiere un sustrato bien drenado y ligeramente ácido. En macetas, se puede utilizar una mezcla de tierra para macetas con perlita o arena para mejorar el drenaje y proporcionar un ambiente adecuado para el crecimiento de las raíces.
Necesidades de riego: es importante mantener el sustrato ligeramente húmedo, pero no saturado. Se debe regar regularmente durante la temporada de crecimiento, reduciendo la frecuencia en invierno. Evita el encharcamiento, ya que puede provocar la pudrición de las raíces.
Mantenimiento general: implica la eliminación de hojas muertas o dañadas para mantenerlo estéticamente atractivo y promover un crecimiento saludable. También se puede fertilizar ocasionalmente durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado para plantas verdes. Además, es importante estar atento a signos de plagas o enfermedades y tratarlos según sea necesario para mantener la planta en óptimas condiciones.
Palmera Kentia (Howea forsteriana)
Howea forsteriana, conocida comúnmente como palmera kentia, es una elegante palmera originaria de la isla Lord Howe, situada en el Pacífico cerca de Australia. Esta especie es muy valorada en la decoración de interiores por su apariencia exótica y su capacidad para adaptarse a condiciones de luz baja, lo que la convierte en una opción popular para oficinas y hogares. La palmera kentia crece lentamente y puede alcanzar hasta 10 metros de altura en su hábitat natural, aunque en interiores suele ser mucho más contenida. Presenta un tronco delgado y anillado, coronado por un conjunto de hojas arqueadas, largas y delgadas, que se despliegan en elegantes arcos de un verde oscuro brillante, creando un efecto visual muy atractivo y sofisticado.
Ubicación: Para ubicarla en el interior, es importante elegir un lugar con luz brillante pero indirecta, ya que la exposición directa al sol puede dañar sus hojas. Es una planta tolerante a condiciones de poca luz y puede prosperar en ambientes con luz baja a moderada.
Tipo de suelo: la Palmera Kentia prefiere un sustrato bien drenado y rico en materia orgánica. En macetas, se recomienda utilizar una mezcla de tierra para macetas de alta calidad con perlita o arena para mejorar el drenaje y proporcionar un ambiente propicio para el desarrollo de las raíces.
Necesidades de riego: es importante mantener el sustrato ligeramente húmedo, pero no saturado. Se debe regar de manera regular y moderada durante la temporada de crecimiento, reduciendo la frecuencia en invierno. Evita el encharcamiento, ya que puede provocar la pudrición de las raíces.
Mantenimiento general: implica la eliminación de hojas secas o dañadas para mantenerla estéticamente atractiva y promover un crecimiento saludable. También se puede fertilizar de forma mensual o bimensual durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado para plantas verdes. Además, es importante revisarla periódicamente en busca de signos de plagas o enfermedades y tratarlos según sea necesario para mantenerla en óptimas condiciones.
Palmera Bambú (Chamaedorea seifrizii)
La Palmera Bambú, conocida botánicamente como Chamaedorea seifrizii, es una planta de aspecto exótico que a menudo se cultiva en interiores debido a su resistencia y facilidad de cuidado. Originaria de México y Centroamérica, esta palmera recibe su nombre común debido a su similitud con el bambú en la apariencia de sus tallos delgados y agrupados, que crean una estructura similar a cañas. Sus hojas verdes y elegantes se componen de múltiples folíolos y se arquean graciosamente hacia afuera, creando una apariencia delicada pero exuberante.
Ubicación: Esta palmera es apreciada por su capacidad para adaptarse a una variedad de condiciones de luz, desde la luz brillante indirecta hasta la sombra parcial, lo que la convierte en una opción versátil para diferentes espacios interiores. Sin embargo, se desarrolla mejor en áreas con luz brillante indirecta, donde puede prosperar y mantener su aspecto vibrante y saludable. Además, es una excelente opción para oficinas o espacios de trabajo donde la luz natural puede ser limitada.
Tipo de suelo: la Palmera Bambú prefiere un sustrato bien drenado y rico en materia orgánica. Se puede utilizar una mezcla de tierra para macetas de buena calidad con perlita o arena para mejorar el drenaje y proporcionar un entorno óptimo para el crecimiento de las raíces.
Necesidades de riego: en macetas, es importante permitir que el sustrato se seque ligeramente entre riegos para evitar el encharcamiento, lo que puede provocar problemas de raíces y pudrición. Es mejor regar de manera regular durante la temporada de crecimiento, reduciendo la frecuencia en invierno cuando el crecimiento es más lento.
Mantenimiento general: implica la eliminación regular de hojas amarillentas o secas para mantenerla estéticamente atractiva y promover un crecimiento saludable. Además, se puede fertilizar mensualmente durante la primavera y el verano con un fertilizante equilibrado para plantas verdes, siguiendo las indicaciones del envase. Como con cualquier planta de interior, es importante revisarla periódicamente en busca de signos de plagas o enfermedades y tratarlos según sea necesario para mantenerla en óptimas condiciones.
Palmera de Kerpis (Rhapis excelsa)
La Palmera de Kerpis, conocida científicamente como Rhapis excelsa, es una especie de palmera de tamaño pequeño a mediano que es valorada por su elegante apariencia y su capacidad para prosperar en condiciones de interior. Originaria de Asia, esta palmera se caracteriza por sus tallos delgados y fibrosos que se agrupan para formar una densa estructura de hojas verdes y elegantes. Sus hojas, en forma de abanico, son profundamente lobuladas y crean una apariencia exótica y tropical.
Ubicación: esta palmera es popular como planta de interior debido a su tolerancia a condiciones de poca luz y su capacidad para prosperar en ambientes interiores. Se adapta bien a la luz brillante indirecta y también puede tolerar la sombra parcial, lo que la convierte en una opción versátil para diferentes espacios dentro del hogar u oficina.
Tipo de suelo: la Palmera de Kerpis prefiere un sustrato bien drenado y rico en materia orgánica. Se puede utilizar una mezcla de tierra para macetas de buena calidad con perlita o arena para mejorar el drenaje y proporcionar un ambiente óptimo para el crecimiento de las raíces. En macetas, es importante permitir que el sustrato se seque ligeramente entre riegos para evitar el encharcamiento, lo que puede provocar problemas de raíces y pudrición.
Necesidades de riego: se debe regar de manera regular durante la temporada de crecimiento, reduciendo la frecuencia en invierno cuando el crecimiento es más lento.
Mantenimiento general: implica la eliminación regular de hojas amarillentas o secas para mantenerla estéticamente atractiva y promover un crecimiento saludable. Además, se puede fertilizar mensualmente durante la primavera y el verano con un fertilizante equilibrado para plantas verdes, siguiendo las indicaciones del envase. Como con cualquier planta de interior, es importante revisarla periódicamente en busca de signos de plagas o enfermedades y tratarlos según sea necesario para mantenerla en óptimas condiciones.